¦°Escenarios Bsd°¦

Fyodor Dostoyevsky

. —Inició al invierno—.

Aquellos días fríos de Yokohama, el cielo nublado, la nieve caer, el inverno era relajante aunque bastante frío en cierta forma.

A estos días, en las noticias han dicho que el frío sería mucho más fuerte que otros días, así que, deberíamos cuidarnos demasiado.

—¡____-chaaaan! Deberíamos comprar estas pijamas, mira lo bonitas que son. —Aquel albino alzó unas pijamas de lobos, blancos con gris.

—Ya te dije que no, además, casi nunca estas en casa, ¿Para que llevarlos? —Hablo la albina con un toque de molestia.

Era cierto, estas últimas semanas no había aparecido por ahí, su excusa era que tenía demasiado trabajo.

—Peroooooo, podemos usarlas, además, podemos invitar a Fyodor. —El chico la abrazo por la cintura con ojos de cachorro.

—No tengo más opciones, ¿Cierto? —Soltando un suspiro, al final terminaron llevando aquellas pijamas.

Al salir de la tienda, caminaron por aquel centro comercial, por suerte había calefacción y el lugar se mantenía fresco para estas temporadas.

—¡Hay que llevar peluches! —Sonrió mientras miraba una vitrina llena de peluches, bastante bonitos.

—¿Más? Pero si ya tienes demasiados en casa, ¿Para que quieres más?

—Es que, a mis peluches les hace falta compañía. —Dijo bastante alegré mientras jugaba con sus manos enguantados.

—Eso me dijiste la última vez, pero bueno, vamos antes de que cambie de opinión. —Entraron a aquella tienda mientras miraban algunos peluches, mientras Nikolai tomaba uno de una rata blanca.

—¡Miraaaa! Este está bonito, ¿No llevaras uno? —Alzó aquel peluche, si así era Nikolai.

—Puede ser, pero no veo ninguno que me llame la atención. —solo mirabas algunos peluches, hasta mirar uno de un pulpo pequeño.

Al tomarlo miraste a Nikolai quien este mismo llegaba con varios peluches, no podría decirle nada, es mi hermano mayor.

—Bueno, creo que ya es todo, muchas gracias por tu cooperación. —Alargó la última palabra mientras caminaba hacia la caja para pagar todos aquellos peluches.

—Si, no es nada. —sonreíste mientras pegabas con aquella tarjeta.

Al salir de aquella tienda siguieron caminando hasta que el albino salió corriendo para aventarse a un pelinegro, alto, que usaba una capa negra.

—¡Dos-kuuuuun! ¡Que alegría verte aquí! —Alzó su voz tan alegre y llamativa como siempre.

—¿Mmh?, oh, Kolya. —Se dio la vuelta notando la presencia de Nikolai.

—¡Fyeda! Que sorpresa verte por aquí, ¿Sabes? Esta vez no vengo solo.

—¿No? —aquel pelinegro miro a los lados buscando la compañía de este bufon, notando la presencia de aquella albina quien solo miraba a Nikolai.

—¡Siii! Vine con mi hermana a comprar algunas cosas. —Sonrió mientras con su habilidad te hacia aparecer a su lado.

—¡Nikolai! ¿Qué dijimos de hacer eso? No tengo más remedios contigo. —Un tono de molestia se hizo presente mientras mirabas a Nikolai.

—Perdóoooon, ya sabes como soy hermana, mira, te presento a Fyo-

—Yo me presento, Nikolai. —Aquel pelinegro interrumpió a Nikolai quien solo hizo un puchero.