Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en un interminable ciclo de monotonía y melancolía. Adeline se despertaba cada mañana con la sensación de que el mundo había cambiado drásticamente. La luz que solía entrar por la ventana ahora parecía más tenue, como si también estuviera de luto por lo que había perdido. Su habitación, una vez un refugio de felicidad y risas compartidas, se había transformado en una prisión llena de recuerdos que la atormentaban.
Al mirarse en el espejo cada mañana, la imagen reflejada le era casi ajena. Los ojos de Adeline, antes brillantes y llenos de vida, se veían apagados, rodeados de ojeras. La sonrisa que solía adornar su rostro había desaparecido, reemplazada por una expresión de tristeza profunda. La falta de Hazel se sentía como un vacío abrumador, una herida abierta que se negaba a sanar.
Intentó seguir adelante con su vida, pero cada pequeño detalle le recordaba a Hazel. Los pasillos de la escuela parecían vacíos sin su risa resonando, y los almuerzos con sus amigos se convirtieron en un ejercicio de resistencia. Mientras todos hablaban de sus sueños y planes, Adeline se sentía atrapada en un estado de inercia, incapaz de vislumbrar un futuro sin la presencia de Hazel a su lado.
Pasó más tiempo sola de lo que le gustaría admitir. Se refugiaba en la música, intentando encontrar consuelo en las letras de las canciones que resonaban con su dolor. "The Night We Met" se convirtió en su himno personal, cada nota y cada palabra llevando el peso de su desamor. La canción hablaba de anhelos, de momentos perdidos y de un amor que había dejado una huella imborrable. Adeline podía sentir cada emoción, como si la canción le hablara directamente al corazón.
Un sábado por la tarde, en un intento por distraerse, decidió salir a caminar por el parque donde tantas veces había estado con Hazel. Mientras caminaba por los senderos, los recuerdos la asaltaban con cada paso. Cada banco, cada árbol, cada rincón era un recordatorio de los momentos felices que habían compartido. Se detuvo en el mismo lugar donde habían tenido su primer beso, un instante que ahora parecía tan lejano y casi surrealista.
Adeline se sentó en el banco, las lágrimas asomándose a sus ojos. La brisa suave acariciaba su rostro, pero en lugar de consolarla, solo intensificaba su dolor. Cerró los ojos, permitiendo que las lágrimas fluyeran libremente. “¿Por qué tuvo que terminar así?”, se preguntó en voz alta, como si el universo pudiera darle una respuesta. “Te extraño tanto, Hazel”. Las palabras se escaparon de sus labios, cargadas de un dolor profundo.
Mientras se sentaba allí, perdida en sus pensamientos, el sonido de risas cercanas la hizo abrir los ojos. Un grupo de adolescentes pasaba, riendo y disfrutando del día. A pesar de que eran extraños, Adeline sintió una punzada de envidia. Se preguntó cómo podían ser tan despreocupados, tan felices. La realidad era que su propio mundo se había desmoronado, y la alegría de los demás parecía burlarse de su sufrimiento.
Decidió levantarse y alejarse de aquel lugar, sintiendo que no podía soportar más la alegría ajena. Caminó sin rumbo, perdiéndose entre los árboles y los caminos del parque. Sin embargo, en el fondo de su corazón, sabía que esa tristeza no desaparecería simplemente alejándose. Había una carga que llevaba consigo, y no había forma de escapar de ella.
Esa noche, se encontró en su habitación nuevamente, mirando el techo mientras las sombras danzaban en la pared. La soledad era abrumadora. La mente de Adeline estaba llena de pensamientos oscuros. Comenzó a cuestionarse a sí misma: “¿Qué hice mal? ¿Por qué no fui suficiente para Hazel?” Esa autocrítica la consumía, creando una espiral de desesperación.
A veces, intentaba convencerse de que podía seguir adelante, que con el tiempo, el dolor disminuiría. Pero cada vez que lo hacía, el recuerdo de Hazel la golpeaba con más fuerza. Era como si estuviera atrapada en una pesadilla, una en la que no podía despertar. Todo lo que había construido se había desvanecido, y la vida sin Hazel parecía un camino solitario y sombrío.
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La huella de tu Ausencia
Short Story"La Huella de tu Ausencia" sigue la historia de Adeline y Hazel, dos chicas que alguna vez compartieron un amor profundo y genuino. Sin embargo, su relación se ve interrumpida cuando deciden separarse, dejando a Adeline con un dolor emocional que lu...