Portales gigantes se abrieron por todo Japón, y diferentes tipos de criaturas de un reino llevado a la ruina entraron por ellos, ningún héroe tuvo una explicación para esto, ni las criaturas... no, "insectos" entendían como sucedió, y al final, todo...
El mundo seguía dando vueltas, todo era normal, incluso los villanos tenían vidas normales a seguir de vez en cuando.
Cómo dicho anteriormente, ahí estaban, 2 villanos que seguían con su vida diaria en un bar color café anaranjado.
Uno era un peli celeste con una mano en su cara, casi siempre vestido de negro y estaba algo cansado todo el tiempo.
El otro era un villano con apariencia mas rara, era prácticamente una neblina negra de ojos amarillos, usaba un traje y estaba del otro lado de la barra del bar, solo admirando los cristales en el lugar.
Ambos solo estaban ahí, como esperando órdenes, últimamente tenían una horrible suerte, muchas veces las cosas se caían cuando no las movían, la tele empezaba a fallar, y por alguna razón, a veces hacía frío.
Ambos lo culparon al viento que de la nada hacia y a la horrible recepción que obtenían, lo que ninguno imaginaba, era que un fantasma había aparecido ahí por casualidad y ahora no se podía ir, por lo que, lo mejor que pudo encontrar hacer fue molestar a los villanos que se encontraban en el bar, tratando de hacerlos notar su presencia, sin éxito alguno, pero aún así tratando. La realidad, es que si alguien no traía el Aguijón Onirico o era experto en el Reino de los Sueños, no podrían verlo, o claro, la otra opción, estar muerto también, pero esto no le servía, ya que no los podían notar de igual manera.
-Kurogiri! Todavía hay leche?- Como todos los días, el chico de cabello celeste se levantó y fue a la habitación principal del bar, como todas las mañanas, uno tenía que desayunar, como no había nadie que les hiciera un desayuno decente, solo estaba la opción del cereal, o no desayunar.
-Tomura Shigaraki, buenos días, no, no hay leche-
-[Buenos días manitas]- Dijo Xero sentado desde el sillón de la sala, claro que nadie lo podía escuchar, pero los modales no se le iban a quitar aunque estuviera muerto.
En apariencia, Xero era un hombre normal, uno de un cabello negro y ojos rojisos con un tono morado, su ropa era una armadura típica de Hallownest, aunque tenía algo que lo hacía ver de una manera más grotesca, un gran hueco en su pecho que aún estaba sangrando, sin mencionar la sangre que salía de su boca. Esto no parecía molestarle, ya que, estaba muerto por algo.
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Algo que disfrutaba de ser un fantasma, era que podía entender su idioma, ya que, el morir hacia que técnicamente, no pudiera hablar, pero podía usar telequinesis, esta le permitía escuchar los pensamientos de la gente, mover cosas sin tocarlas, y teletransportarse. Por lo que los pensamientos de los demás resonarán en su mente cuando quisiera, y estos se traducían al lenguaje de los insectos.
-Y ahora que desayunamos? - Dijo el llamado Tomura Shigaraki sentándose en un banquito del bar.
-Podemos comprar algo que no sea cereal, o ir por leche- La neblina miro a Shigaraki mientras buscaba su cartera.
