4: Combates

52 6 0
                                    

Cientos, si no miles, fueron las almas que se tuvieron que sacrificar para tratar de contener la infección, lo malo de esto, fue que no funcionó, por lo que su sacrificio fue en vano.

Habia insectos que podían usar el alma para usar hechizos, como el propio Rey de Hallownest o los Chamanes, aunque estos casi siempre  tenían que usar su propia alma, si no que podían crear energía de este estilo, claro que una habilidad así tenia sus variaciones, como la que tenía Tamashi.

Tenía un talento por la magia de alma, incluso desde antes de que se mudará a la Ciudad de Lágrimas, sabía usar hechizos de alma, pero tenía que sacrificar parte de su propia escencia para hacerlo, por lo que encontró una manera más simple de hacerlo, usar la energía de alguien más, esto tenía graves consecuencias físicamente, pero aún más mentalmente.

Una persona que no tenía ni una chispa de alma era prácticamente un cadáver, no podía moverse, no podía ingresar al Reino Onirico para descansar en paz, después de aprender esto, Tamashi no usaba hechizos de alma seguido, no quería tener un final donde se convirtiera un un cadáver y no pudiera irse.

Este miedo se fue poco a poco y volvio a usar los hechizos, más medidamente, pero volvió a usarlos, al poco tiempo era un maestro en este uso, aunque solo lo usaba cuando entraba en combates, ya que ahi podría conseguir el alma necesaria para hacer hechizos de una manera inevitable, al pegarle a un enemigo conseguía pequeñas cantidades de alma, esto solo pasaba si el queria, por lo que podria pegarle a alguien sin quitarle alma al hacerlo.

Aparte de este don de alma, también tenía una capacidad que tenía su especie de insecto, levitar. Por lo que con un poco de entrenamiento se convirtió en un enemigo difícil de derrotar, aunque no imposible.

Después de moverse a la Ciudad de Lágrimas, abrió el Santuario de Almas, este iba a servir por si alguien quería aprender este don, aunque no era algo facil de lograr.

Claro que el plan inicial del Santuario se fue al carajo cuando la infección comenzó, se convirtió más en un refugio para insectos no-infectados de todas las áreas de Hallownest, la plaga de la Diosa Polilla se contagiaba por tacto, si era una planta, o para los insectos de Sendero Verde, o bueno, cualquier insecto creado por la deidad de los piel musgo. También se podría contagiar a través de los sueños, ahi venía en uso los hechizos de alma, un hechizo hacia ese lugar, el lugar más seguro en el Reino Onírico.

Tamashi se obsesionó con tratar de parar la infección, su primera idea fue combatir a la Diosa en el Reino Onírico, pero sabía que no había nadie tan experimentado en combate como para pelear contra una Diosa, por lo que descartó la idea, el segundo plan era más ideal. Usar el poder del alma para terminar la infección, sonaba prometedor, pero ni el sabía usar el alma tan bien, necesitaba una cantidad inmensa de alma para hacerlo, y a diferencia del Rey o de los Chamanes, el no podía creer su propia energía, así que solo le quedaba otra opción, usar a los insectos, pero no era un tirano, necesitaba el permiso del Rey.

-Claro que el Rey se iba a negar! Que te pasa por la cabeza Ashi? - Dijo Lurien mientras seguía a Tamashi por los pasillos del Santuario, tuvo una reunión con el Rey para preguntarle si podría continuar su tonto plan.

-Valia la pena intentarlo, su caballero "perfecto" no va a funcionar, cuanto lleva? 20 años preparándolo? -

-Te aseguro, VA a funcionar, es el plan del Rey, trata de tener un poco más de esperanzas en el! -

-Que no vez? Esperanza es lo que le falta a Hallownest! Necesitamos una idea que funcione, y tú sabes que la magia de alma funciona de maravilla!-

Una nueva oportunidad para HallownestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora