Powerful (Song Mingi)

Jumping

Lucia.

Tome la foto clásica en el espejo, elegí una rutina sencilla para la primer semana, en realidad me interesaba un poco mas las clases de Jumping, Dancing Workout y Cardio Step.

El trabajar desde casa es algo pesado, pues me la paso sentada la mayor parte del tiempo, así que necesito que mi sangre circule despues de estar horas tras de un escritorio, mi padre tiene mis horarios anotado de lo que haría, se mantenía tranquilo y me dejaba en paz.

Estuve un rato en la caminadora, hasta que ya era hora de mi primer clase, fui por mi termo para hidratarme un poco, entonces lo vi salir del área de boxeo, traía puesto un conjunto deportivo totalmente negro, que la camisa de licra se le ajustaba a cada musculo de su pecho, las mujeres del gimnasio no pudieron evitar mirarlo de arriba abajo, casi babeando, su cabello negro, tatuajes en el cuello, además sus rasgos tan marcados y salvajes.

Song Mingi.

No pude evitar investigarlo, después de todo es un hijo de puta que me hizo enojar, así que descubrí porque se siente con tanto poder. Empezó trabajando joven en la empresa de su padre, por lo que los negocios son lo suyo, es bueno en lo que hace y se lo recalca a todos los que se le cruzan.

Pocos se ven poderosos y lo son, este tipo tiene la actitud además de los recursos y logros para ser tan despreciable.

Camine con mi termo a la salida, entre menos me lo cruce mejor, mi padre conoce al suyo, así que no quiero tener nada que ver con ellos, en ningún aspecto.

—Ratoncita —¿me habla a mi? —Ratoncita —lo voy a matar, es mejor ignorarlo.

Me alcanzo, me corto el paso y quito mi auricular.

—¿Segura que no escuchas con esto?

—Puede que si, pero mi cerebro evita escuchar sonidos desagradables, como tu voz por ejemplo.

—En verdad, no te intimido ¿no es así?

—No te conozco, así que me das igual, solo no me hables.

Sali del área de las maquinas para caminar por el pasillo hasta el salón donde estaban los trampolines, tome mi lugar, acomode mis mallas deportivas y ate bien mis agujetas. La maestra entro y tras ella los demás que tomarían la clase, mire que Mingi venia entre ellos, colocándose en el trampolín a mi lado.

—¿Esta en esta clase?

—Es obvio.

No dijeron nada mas, el tipo es conocido aquí, todos saben de quien es hijo, sin mencionar que el dueño del lugar, seria tonto desafiarlo.

—Bien chicos comencemos con esto.

La música empezó y los calentamientos también, me concentre en la maestra que nos decía los ejercicios además de la rutina, pero su mirada estaba sobre de mi todo el tiempo, incluso cuando el ejercicio se hacia mas rápido lo hacia sin dejar de verme.

Cometí de mirarlo a través del espejo, haciendo que perdiera un poco el equilibrio casi cayéndome, baje de manera brusca haciendo que mi tobillo se torciera un poco, pero aun con el dolor, termine el cardio de la clase, apenas logre librar la hora.

Intente pisar para caminar a las duchas, pero el calambre del dolor se hizo presente, apenas me apoye de la pared, aunque no por mucho.

—¿Qué haces? Bájame, ahora.

Me tenia entre sus brazos, me había alzado como si no pesara nada, camino conmigo, mientras intentaba empujarlo sin posibilidad alguna de moverlo.

—Deja de moverte o te juro que te sostengo por el trasero, te llevo a la enfermería, es lógico que te lastimaste.

—Puedo llegar sola, bájame.

Pero no me escucho, llegamos a la enfermería y me dejo en la camilla, puso sus brazos a mi alrededor encerrándome entre la camilla y su enorme cuerpo.

—Iré por el doctor, muévete de aquí y te traeré a la fuerza, no me provoques ratoncita, que desde que te vi saltando mi mente esta en otro lugar contigo en este momento...