Powerful (Song Mingi)

Ratoncita

Mingi.

Tengo cierto nivel de responsabilidad en la empresa de mi padre por lo que el estrés se acumula por montones demasiadas veces, se hacer mi trabajo, se moverme en loa negocios, incluso terminé la universidad con honores. Soy el hijo perfecto de los Song.

Al menos en cuestiones laborales, porque en cuanto a lo que desea de mi en el ámbito social, soy su grano en el culo.

Como el que mi estrés se termine vaciando en los empleados de los diferentes negocios que posee la empresa. Más en la del Gimnasio recreativo de lujo que tiene la compañía.

Me gusta venir a correr, hacer boxeo y estar en el sauna, aunque ese siempre es privado, los clientes regulares no pueden usarlo cuando yo lo solícito.

Cuando eso pasa me comporto de una manera poco agradable, la gente incompetente es de las cosas que más me molestan, eso no lo pienso fingir nunca.

—Se suponía que debía estar listo para cuando llegara —la chica tenia esa mirada de terror típica al sentirse aterrorizados porque no tienen idea de lo que podría hacerles —no puedo creer que contraten gente tan incompetente.

—Creo que ella entiende perfectamente si le hablas en un tono respetuoso, el ser un imbécil no te da las cosas más rápido.

Me gire ante la voz femenina, mis guardaespaldas se acercaron de inmediato, pero alce la mano para detenerlos, mire a la chica, no pude evitar recortarla, es de cabellera castaña algo rizada, sus ojos son un poco rasgados casi nada, del color aceitunado poco típico de por aquí, es bajita pero con un cuerpo delicioso, su piel es morena clara y sus pestañas pobladas relucen ante los ojos molestos que sin duda ya me odian.

No es coreana, pero habla con fluidez el idioma.

—¿Qué tono quieres que use? Lindura.

Me acerque dos pasos y no se inmuto, seguía firme en su posición desafiante, casi me daban ganas de apretarle las mejillas, es un pequeño ratoncito valiente.

—Con un por favor y gracias, es más que suficiente —firme y altanera, me encanta.

Me gire hacia la incompetente de la recepcionista —Por favor ¿podrías tener listo el sauna? Mil gracias.

—Enseguida señor Song.

Tecleo como desesperada, pero sin duda seguía nerviosa, yo escuche que le hablaron a la ratoncita, entregándole una membresía del gimnasio, esto no podía ser mas perfecto.

Me fue sencillo tomar la credencial y leer rápidamente el nombre.

—Choi Lucía —gire la membresía, pero no me daría mas información mas que esa, aunque por ahora es suficiente.

—Dámela —intento quitármela, pero solo me basto alzar la mano para que no la alcanzara, en verdad es muy pequeña.

—No dijiste por favor.

—Por favor —dios, ahora quiero escuchar que ruegue, sonreí y le entregue su membresía.

—Aquí tienes —volví acercarme —Deberías de aprenderte mi nombre también Choi Lucía, por que sin duda no olvidaré el tuyo —sus pupilas se dilataron—Song Mingi, pronto lo recordarás también.

Me fui al sauna, esperando que me trajeran la información de la chica, mi sorpresa, el saber que es hija de Choi Seungmin, uno de los socios mayoritarios de mi padre, el destino en verdad me ama en estos momentos, tanto que rogaba por tener algo en que distraerme después del trabajo y me puso en mi camino a la ratoncita.

Tiene dieciocho, pero no debe ser un problema que le lleve nueve años...