Capítulo VIII || "Rateo"

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Lanzando mi mochila sobre el césped me dejo caer junto a Liam y Aaron. Solamente lo hago porque hoy me toca llevar el uniforme de deporte, ya que luego del receso tengo clase de atletismo. Cosa que no me motiva demasiado. Aunque puedo apañarme, hubo un tiempo en donde solía salir a correr. Los chicos están charlando sobre la gran fiesta que Liam piensa lanzar por la apertura del bar de sus padres:

—Ya subí a mis historias el anuncio y estuve corriendo la voz por la mayoría de las clases—el pelón comentó—Será mi gran regreso como quien lanza las mejores fiestas de la escuela.

—¿Alguna vez tuviste ese título?—su mejor amigo le preguntó, confundido.

—Ajá, hace un tiempo. Mucho antes de que ambos ustedes llegaran a la escuela...

Apoyé la cabeza sobre mi mochila, recostándome aún más sobre el césped mientras enciendo un cigarro. Estaba un poco cansada, había pasado la mitad del día y las clases solo aumentaban mi estado somnoliento.

—¿Ya elegiste el dress code?

—Buena pregunta—me señaló—Qué piensan de...¿colores fluorescentes?

Elevé mis cejas y solté el humo—¿Quieres honestidad?

—Siempre.

—Pues es muy trillado.

Aaron se rió de mi respuesta y Liam lo miró con una mueca de dolido. Estos dos tenían una relación muy cómica, no parecían compartir un momento de seriedad nunca.

—Dime que tú no piensas lo mismo...es divertido ver muchos colores que brillan en la oscuridad, incluso puedo contratar un puesto que maquille a todos.—soltó cargado de emoción, intentando que alguno acordara con él—¿Qué dices, Aaron?

—Yo no sé...no conozco los códigos de las fiestas.

—Y yo me vengo a hacer tu amigo...—suspiró—Este año te quitaré tu virginidad de fiestas, debes empezar a mezclarte con la multitud.

—No es algo que me interese tanto.

—No me importa, verás cómo perderás muchas de tus primeras veces conmigo.

No pude evitar sonreír ante el doble sentido que yo misma le estaba dando a sus palabras. Mientras seguían discutiendo sobre ese tema, sentí mi celular vibrar y lo tomé. Andrew me escribió otro mensaje, de los tantos que siguieron luego de pasar la tarde en su casa.

Andrew: Verás cómo hoy utilizaré mis nuevos aprendizajes para sorprender a la profesora.

Anubis: Para haber tenido una sola clase de tutoría, te noto muy confiado.

Andrew: Es porque explicas muy bien ¿ya te lo había dicho?

Anubis: Si quieres ligarte a tu tutora con cumplidos, no funcionará.

Andrew: Debía intentarlo, alguno colará.

Anubis: Ya quisieras, rubio. Ya quisieras.

—¡Oye, chica!—Liam chasqueó sus dedos frente a mis ojos—¿Me estás escuchando?

Me incorporé con mis codos para mirarlo—Lo lamento ¿qué dijiste?

—Aaron no quiere saltarse las últimas clases conmigo, ¿tú te apuntas?

Mordí el interior de mi mejilla pensando. No estaría mal hacerlo, pero si me descubren temo que esta vez sí contacten a mis padres.

—Podemos hacerlo, pero sólo si lo hacemos de forma correcta.

Liam aplaudió ante mi respuesta. Aaron me miró confundido:

—¿Cuál sería esa forma?

—Tratar de desaparecer sigilosamente. Nos encontraremos en la puerta detrás de la pileta climatizada, esa por donde ingresa el servicio de limpieza.

La apuesta perdida (MD 1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora