Yo era conciente de la obsesión que tenía mi madre con la religión y también era conciente de que me mataría si se entera de que acabo de perder mi virginidad con un hombre antes del matrimonio. Llegué a casa a escondidas, por suerte todos dormían incluso mi hermano quien siempre se acostaba tardé escribiendo en su libro aburrido.
Parecía ladrón en la noche, tratando de ser silenciosa. atravesé mi ventana y cai fuertemente en el suelo, ahogué un grito y de pronto mi traicionero gato comenzó a maullar.Causalidad era que el únicamente maulla así cuando llego a casa.
— Shhh cebolla.
Si, se llama cebolla.
Y para rematar estaba absolutamente borracha, pero bien la suerte nunca estuvo de mi lado y mi puerta fue bruscamente abierta por mi enojada madre.
— ¡Antonella.....!, ¿Dónde estabas? — Pude notar su enojo y juraría que estaba a punto de darme una bofetada Pero se contuvo. - ¡Te estoy hablando!.
Si que estoy en jodidos problemas.
— ¿Que ocurre? — La fastidiosa voz de mi hermano sonó detrás de mi madre.
Allí estaban los dos parados en la puerta y yo aún en el suelo, no podía levantarme de lo ebria que estaba.
Los mire a los dos pero mi gato bloqueó mi vista ya que se había acostado en mi pecho. Mañana sería mucho, mucho peor y lo presentía.— Mmm, salí con vivi..
Mi mamá odiaba a mi amiga, decía que era una mala influencia ya que Viviana odiaba a los religiosos, lo de ella era lo gótico y esas cosas, mi madre comenzaba con el.. "Esa niñita es un demonio", ay mamá si tan solo supieras quienes son los verdaderos demonios ...
Estoy borracha.
— ¡Dios mío!, que desastre Antonella, mañana me acompañarás a la iglesia sin discutir, tienes que confesarte ante el padre — Era aburrido tener que ir con ella y calarme 4 horas de habladurías y confesarle mis secretos a un señor que no conozco del todo bien. — no puedo permitir que esto siga sucediendo.
No dije nada, ya que no estaba del todo en mis sentidos, sus palabras solo hacían eco en mis pensamientos y me centraba más en el trasero de mi gato que bloqueaba mi vista de ellos, te amo tanto cebolla.
— Ya vamos a dormir mamá, deja a esa diablilla..
No ví cuando se fueron pero si escuché cuando cerraron la puerta, por fin en mi soledad otra vez. A duras penas me levanté de la cama, me sostuve de la pared hasta tirarme a la cama donde cerré los ojos para caer en ese profundo sueño que tanto ahnelaba.
[...]
No sé que hora era, pero al reaccionar lo primero que ví fue a mi gato, tenía una costumbre de acostarse en mi pecho como si yo fuera su cama, mi teléfono vibró con muchos mensajes de mi borracha amiga, mire el teléfono y lo volví a colocar en al mesa. Me dolía la cabeza como si diez mil ladrillos hubieran azotado contra mi cráneo, me sentía de la mierda, mire mi reflejo en el espejo y estaba hecho del asco, tenía ojeras y el cabello como un nido de pájaros, tome el cepillo de la mesa a un lado de mi cama y lo pase intentando hacer algún milagro con mi desordenado cabello, mi mamá siempre decía que mi cabello era tan delgado que se le hacían nudos de la nada y talvez.. eso era lo único que no me gustaba de mi, por eso siempre lo mantenía tejido y no en coletas o suelto. Termine de alisar mi cabello y baje a desayunar allí estaba mi mamá y mi hermano que apetitosamente comía un pan mientras leía un libro.— Vaya, vaya, bajo por fin la niña.
El siempre buscaba maneras de molestarme pero lo ignore y tome un cartón de leche en la cocina y le dí un gran sorbo, mi mamá terminaba de comer su tostada así que se levantó rápidamente de la mesa.
ESTÁS LEYENDO
Mas allá de la Redencion [...]
RandomEn las sombras de la iglesia, una presencia oscura se agita una vez más. Sus ojos, fríos y calculadores, se fijan en un nuevo objetivo: la inocente Antonella, cuyo espíritu puro es una burla cruel de la corrupción que anhela. A medida que las frecue...