Desde ese día que fui con mi madre a la iglesia nunca más volví a sobre pensar lo de mi virginidad y como reaccionaria mi mamá si se entera, ahora lo sabíamos el padre, dios y yo. Así se mantendría hasta que decida decirle a mi madre que ya le basto con verme borracha la noche anterior.
Estaba totalmente sola en casa, mi mamá y mi hermano salieron a hacer sus cosas de viejitos, yo aproveché para bañar a cebolla y cepillar su cabello, se le caía mucho, prácticamente había cabello de el por todos lados.
¡Estúpido cabello hermoso!.
Aún soltaba y soltaba cabello, aparte no se quedaba quieto y se escabullia de mis brazos como un conejo inquieto. Llegué al punto de perseguirlo por toda la casa, choque varias veces con los muebles hasta que mi teléfono sonó.
— ¡De la próxima no te salvas cebolla!..
Cogí la llamada sin siquiera ver quien era.
— ¿Que quieres?.. — si bien cuando me estresaba no media mi discreción.
— ¡vaya!, idiota no supe nada de tí después de que te fuiste como un saco borracho de esa fiesta, pero bueno, tenía otra propuesta, unos amigos irán de fiesta hoy en la noche y me han invitado, ¿Vamos? — Ella únicamente me llamaba para hacer ese tipo de actividades, era mi amiga y realmente me apoyaba pero nunca iba a comprender ese espíritu fiestero de ella.
— No lo sé.. mi mamá me descubrió la otra vez y tuve que ir a la iglesia con ella.. — caminaba alrededor de la sala mordiendo mis uñas por la ansiedad, mi gato me veía desde un rincón.
— Wow, entonces ya conocistes al bombón que está de sacerdote, yo si que me ofrecería para arrodillarme ante el y no para rezar — no sé que me sorprendió más, si el hecho de que mi amiga le traía ganas al sacerdote o que sepa quién es — entonces dime si vas o no..
Me la pensé un momento y una duda creció en mi mente, a Viviana no le gustaba ir a la iglesia y dudo mucho que se haya conocido al sacerdote allí.
— espera... ¿De dónde conoces al padre Caín?, pensé que odiabas la iglesia. — Un silencio fue lo que se escuchó del otro lado.
— ¿Acaso no sabes?, el estuvo involucrado en unos cuantos problemas pero nada que un sacerdote no resuelva.. ahora, ¿Vas a ir?. — Rodé los ojos por su absurda pregunta que ya me traía cansada.
— ¡Si!, ¡Si voy a ir!, ¿Feliz?.
— Te espero a las nueve..
Y seguido de eso colgó. Me senté en el sofá y miré hacia donde estaba mi amado gato, estaba lamiéndose su pelaje como si eso fuera a quitarle todo ese cabello muerto.
Ahora tenía que planear una manera de esquivar a mi madre de modo que no se entere de que voy de fiesta pero que si sepa que voy a salir, si le digo que voy de fiesta lo más probable es que haga un escándalo y terminaría castigandome, si tomo la otra opción de decirle que voy a salir le dirá a mi hermano que vaya conmigo y Sebastián es muy bocón y le dirá a mi mamá todo lo que hize, dejandome como mentirosa.
También puede que Viviana en su momento de borracha se le escape que un hombre tomó mi virginidad y yo estaba realmente ebria como para recordar quien era y eso enloquecerá a sebas y a mi mamá. Definitivamente es una alternativa malísima.
Tal vez solo opté por escaparme de casa.
[...]
Miré una vez más a mi hermoso gatito que de algún modo sentía que con la mirada me decía que no fuera.
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Mas allá de la Redencion [...]
AcakEn las sombras de la iglesia, una presencia oscura se agita una vez más. Sus ojos, fríos y calculadores, se fijan en un nuevo objetivo: la inocente Antonella, cuyo espíritu puro es una burla cruel de la corrupción que anhela. A medida que las frecue...