Por la mañana, no pensaba moverme ni un segundo de mi cama, pero algo muy insistente me obligó hacerlo, mi Preciado celular.
Lo tome con los ojos cerrados no quería aún abrirlos, estaba muy cansada.— No se quien seas y no me interesa, espero que tengas algo bueno que decir para despertarme un domingo tan temprano — escuche una risa del otro lado.
— Buenos días para ti también Dayana.
— Que? Quien eres? — abrí mis ojos sentándome sobre la orilla.
— Tú más grande admirador — suspiro.
— Si no me dices quien eres y que quieres, tendré que terminar la llamada y bloquearte — me estaba haciendo salir de mis casillas, todavía que me despierta, se hace el gracioso.
— Soy Brian
— Que Brian — ahora era mi turno — El amigo del Kevin, Kimberly y de la Britany
— Que, no, tal vez de un Kevin si, pero a las demás no las conozco, te estás confundiendo — su voz sonaba desconcertada.
— Tú también te estás confundiendo, no soy la Dayana que buscas.
— Claro que eres la que busco, eres la pelinegra linda, la que robó varias miradas el día de ayer — reí.
— Que es lo que quieres Brian.
— Invitarte a desayunar — pregunta.
— No suelo salir con alguien que acabo de conocer...
— Para eso la invitación, para poder conocerte aún más — hubo un pequeño silencio — puedes llevar a Fidel si gustas.
— El no se encuentra, salió muy temprano con mi madre.
— Entonces que dices, aceptas mi invitación — mordí mis labios para evitar reír.
— Está bien, donde te veo — camine a mi closet para encontrar algo casual.
— En un momento te mando la ubicación, pero si gustas puedo pasar por ti.
— Agradesco eso, pero prefiero cada quien por su cuenta.
— Entonces te mando la ubicación, nos vemos en un rato, adiós linda.
Sonreí colgando la llamada, tal vez es muy precipitado salir con alguien que acabas de conocer, pero no esque fuéramos a besarnos o algo así, solo será un desayuno y ya, ademas tengo años que no salgo con alguien.
Me vesti, me maquille un poco, tome mi bolso con mi teléfono, y salí del departamento, subí a mi auto y conduje a donde me indicaba el maps.
Llegue a una plaza muy conocida ya, caminé por algunos pasillos.
Al llegar veo a Brian concentrado en su celular, pero al estar frente a él lo guarda en su bolsillo del pantalón.
— Hola, ¿llegue tarde? — Me siento frente a él.
— Dayana — saluda con un beso en mi mejilla, raro para mi — Llegue apenas hace unos minutos — Sonríe.
— Has pedido ya — dije mirando las cartas del menú sobre la mesa.
— Me tome el atrevimiento de pedir un café americano para los dos, espero que no te moleste — me mira apenado.
— Para nada, es mi favorito, gracias.
Trajeron nuestros cafés, e igual pedimos lo que cada uno desayunaría.
— Como conseguiste mi número — pregunté mientras tomaba de mi café.
— Me costo toda la noche conseguirlo — alce mi ceja — después del partido, llegue a casa y me dispuse a buscarte en redes, solo contaba con tu nombre por eso se me hizo difícil, después de horas, te encontré en Facebook, mire tu perfil y tu última publicación fue hace dos semanas, supuse que estaría tu número, así que lo busqué y lo encontré — lo interrumpí.
— Yo no expongo mi número telefónico — reímos.
— Resulta que es el número de la empresa donde trabajas o más bien donde eres dueña, así me comunique con tu asistente, pensé que no me contestaría por la hora que era, pero lo hizo, me costo mucho convencerla de que de verdad necesitaba tu numero — lo miré sorprendida, de verdad había echo todo eso.
— Somos una empresa dedicada, es por eso que te contestó a altas horas de la noche, después hablaré con ella.
— No le llames la atención, por favor, creo que tanta insistencia de mi parte la hizo hacerlo — no pude evitar reír.
Como una persona como el, hizo tal cosa, otro simplemente lo hubiera dejado pasar por la forma en que lo traté y la forma tan grosera que le hable.
Nuestra comida llegó, desayunamos entre platica y risas, nunca nadie me había echo pasar un desayuno tan agradable, solo mi hijo.
— Que harás después — pregunto mientras salíamos del restaurante.
— Ir a casa, Fidel regresa hasta las nueve — caminábamos juntos hacia el estacionamiento.
— Me aceptarías otra salida — llegamos a mi auto.
— Quizá — sonreí mientras abría la puerta — muchas gracias Brian.
— Gracias a ti por aceptar, no vemos pronto — nos despedimos y conduje de nuevo a mi hogar.
☪️
— Mamá llegue — grito desde la sala.
— Que bueno mi vida, y tú abuela — dije llegando hasta el.
— Se tubo que ir — se dejó caer en el sofá — que hiciste en mi ausencia.
— Salí a desayunar con un amigo.
— Con un que? — me miro — mamá tú no tienes amigos.
— Bueno, hoy se hizo mi amigo — reí.
— Está bien ma, después me lo presentas, por hoy es todo me iré a dormir ya — tomo su mochila — te amo mami.
— te amo mas — se fue a su habitación.
•••
Mientras veía unos archivos en mi celular, llego un mensaje desconocido, había olvidado agendar a Brian.
Linda noche señorita, por estar embobado en sus lindos ojos, olvide decirle lo bella que se miraba hoy, espero acepte salir de nuevo conmigo. 💖B.R.
Sonreí.
Linda noche también para usted, tendré que pesar muy bien si aceptar o no; y puedo decir lo mismo, tus ojos son muy lindos. D.C.
Termine por enviar el mensaje, no es que me guste Brian o quiera otras intenciones con el, es solo que sus ojos son realmente lindos, espero que no lo tome como una iniciativa de sentimientos hacia el.
Todo a su tiempo, solo él dirá si con el paso del tiempo, llegan a pasar cosas.
Por el momento a seguir conociéndolo.
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Lo que nos faltó decir || Fidel Castro, Kevin Álvarez
Fanfic• Empiezo a entender, lo que antes no vi... Que nunca sobran los "Te amo" ni los "Te Extraño". Llegaste tú, y todo cambio... Dayana Quintero Fidel O. Castro Kevin Álvarez Brian Rodríguez