Un viaje, una historia y siete posibilidades.
Un viaje que marca el inicio de todo, una historia que cuenta la protagonista y siete posibilidades que abren camino a siete destinos.
Ajusto mis bragas y salgo del baño viendo su miembro erecto debajo de las sábanas.
No hemos parado desde hace casi un mes. Ninguno de los dos sale más que para comer y volvemos a mi suit para seguir cogiendo.
Cuánto tiempo había llevado sin sexo? No mucho para el deseo que acumulo pero, la restricción que tenía había encerrado mi deseo y no me había dado cuenta.
-Recibe esta polla dura y ansiosa por tu coño apretado.
Me mira desde la cama.
Masajea su erección y salgo mientras camino a la cama y gateo sobre él.
- Soy adicto a tí.
Murmura en mis labios antes de abrirlos con un dedo y recorrerlos.
-Tus labios son aditivos.
Sus ojos bajan hasta ellos perdidos en un trance que me estruja el interior de lujuria.
-Consume tu droga, consumeme ahora.
De un jalón me deja bajo su pecho fornido entrando en mí y aprieto sus nalgas queriendo profundidad.
Sus labios recorren mi clavícula y devora mis pezones sacando los gemidos placenteros a nuestros oídos.
Sus golpes son acelerados y nuestros sexos se presionan con maldad por minutos que no pasan mientras siento sus estocadas tomando mis ganas.
Minutos que siguen avanzando y reconozco su aguante y furia, la compruebo hundiéndose en mí, acunando mi cabeza con sus brazos y sin dejar de penetrarme. Su mirada ámbar retiene la mía mientras ambos sudamos y jadeamos de placer.
-Aumenta, acelera y no pares- le aviso abriendo la boca cuando el deseo es demasiado.
-Siempre ansiosa. Corramonos, yo también te daré mi esencia.
Ladeo la sonrisa y él también.
Se tensa, me tenso y seguido nuestro pecado nos encharca.
Es mi pecado. Porque lo hago porque quiero, por el simple placer de explorarme como mujer.
-Eres maravilloso Adelbert.
-Tu mucho más, Alaska.
Le hago un movimiento para que se quite de encima y me meto a la ducha, me renuevo y me coloco un bikini verde musgo para ir a la piscina de la cubierta.
Este viaje está siendo indescriptible, la vista como ahora en la mañana, es un sueño para cualquiera y mucho más para mí que me decidí a disfrutar mis vacaciones sin reparos.
Qué es pecado?
Pienso mientras camino a la piscina bajo la mirada de los hombres que me codician al quitarme el pareo blanco y dejarlo junto a las sandalias y bien blancas y lanzarme a la piscina.
El pecado lo interpreto como aquello que nos asedia, que nos hace caer, de lo cual debemos huir pero más nos acercamos. Aunque nos quiebre, pecamos, aunque no debemos lo hacemos, caemos al infierno una y otra vez. Lo hacemos con más gusto cada vez, más profundo cada vez.
Soy una pecadora.
Una pecadora del placer.
El apuesto hombre que me he estado cogiendo no habla sobre él pero como había dicho antes, no dejo que los detalles se me escapen.
Se qué es dueño de una empresa, las llamadas que recibe, las respuestas que da, su ropa, sus accesorios y cada cosa que usa alardea su dinero.
La forma en que habla y sus temas de conversación también me hacen notarlo.
De que tipo es su empresa? No sé ni me interesa.
No te preguntas de dónde proviene ni como trataron la vaca antes de comerte un buen trozo de carne.
Pides, comes y pagas.
Quitando la parte de la paga, como un buen bistec.
Solo quiero que entienda lo que es esto y que no se atribuya más. Algo me dice que si le das la oportunidad puede sorprenderte de mala manera, es muy celoso, y no me deja respirar. En la cama está bien pero fuera de ella no.
Hundo mi cabeza en el agua y nado un poco hasta alcanzar las escaleras de metal que sostengo para salirme, me impulso encontrándome con la mirada clara y sonriente de un hombre de cabello ondulado que baja las escaleras que pretendo subir.
La sopresa me desequilibra y ya imagino mi cuerpo cayendo al agua pero agarra mi brazo echándome hacia su cuerpo para que no me caiga...
Se siente bien, su pecho ancho se siente bien.
-Gracias - nos miramos fijamente.
-No hay por qué, me siento bien aquí.
-Alaska!!!
Giro por la sorpresa pero...mal-di-cion!!!
El choque de nuestros cuerpos cayendo al agua estrepitosamente es lo que me vuelve a la realidad.
