Capítulo 27

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—¿Estas segura de esto? —Volvió a preguntar mi papá cuando estuvimos delante de esa casa.

No estaba segura, él había estado muy terrible, de nuevo, todos estos últimos días de clases. Desde aquel día en la cafetería, hoy era veintidós de diciembre, ya habíamos iniciado las vacaciones de invierno. La señora Yon me había dicho que Jungkook había dado un retroceso, que había vuelto a encerrarse en su habitación y que ese humor de perros había vuelto, mencionó que apenas salía de su habitación.

No tenía idea de si me echaría tan pronto me escuchara, pero le quería, le adoraba y no deseaba que volviera a retroceder todavía más. Era diciembre, ya habían colocado Las luces, todo estaba tan bonito afuera, lleno de luces, el frío era un poco fuerte, pero era tan bonita esta época como para que se la pasara amargado, sin compartir con sus padres debido a que estaba, muy probablemente, triste por algo que estaba decidida a descubrir ahora.


—Debo intentar —Dije, abriendo la puerta del carro —No sé si tardaré....

—No te preocupes, iré a comprar unas cosas para el postre de la cena, llámame cuando quieras que venga por ti —Asentí, iba a cerrar la puerta, pero volvió a llamarme —Las personas despechadas y dolidas suelen decir cosas hirientes, no permitas que lo haga contigo, ponlo en su lugar si es necesario.

Asentí y cerré la puerta.

La señora Yon me recibió bien, como siempre, había arreglado tan bonito su casa. No hablamos mucho, me dejó subir al instante.

Llegué a la puerta blanca y toqué un par de veces, tres para ser exacta, no hubo respuesta, con temor a interrumpir su paz, abrí la puerta. Las cortinas estaban sueltas, había olor a guardado, comida y aromatizante, estaba oscuro, salvo por la luz de la computadora que estaba en el escritorio.

Él estaba sentado en la silla, tenía audífonos puestos y por eso no me había escuchado. Caminé hasta él y toqué su hombro con suavidad, atrayendo su atención al instante. Me miró y pude ver sorpresa en su mirada, hasta creí ver alivio, pero no pude comprobarlo porque dejó de mirarme para apagar la computadora, quitando sus audífonos.


—¿Qué haces aquí, Anderson? —No me estaba mirando.

—Tu mamá dijo qu...

Piwkenyeyu. Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora