Los días posteriores a su salida con Shawn transcurrieron como un torbellino para Jenna. Estaba ocupada con sesiones de fotos y castings, pero no podía dejar de pensar en la conexión especial que había sentido con él. Su vida estaba tan cargada de superficialidades y competencia que la sinceridad y el calor que Shawn le había mostrado eran como un soplo de aire fresco.
Una tarde, mientras revisaba su correo electrónico, su teléfono sonó. Miró la pantalla y sonrió al ver el nombre de Shawn.
"Hola, Shawn", contestó con una sonrisa que podía escucharse en su voz.
"Hola, Jenna. ¿Cómo has estado?"
"Bien, ocupada con el trabajo. ¿Y tú?"
"También ocupado, pero de una buena manera. Oye, me preguntaba si te gustaría venir a mi casa para cenar esta noche. Cocinaré algo especial", dijo Shawn con entusiasmo.
Jenna se sorprendió un poco por la invitación, pero la idea de pasar más tiempo con él era muy tentadora. "Claro, me encantaría. ¿A qué hora?"
"¿Qué te parece a las siete?"
"Perfecto. Nos vemos entonces."
A las siete en punto, Jenna llegó a la dirección que Shawn le había enviado. La casa era elegante pero acogedora, ubicada en una tranquila calle arbolada de Los Ángeles. Al tocar el timbre, la puerta se abrió casi de inmediato, revelando a un Shawn sonriente.
"Hola, Jenna. Pasa, por favor."
Jenna entró y se encontró en una sala de estar cálida y bien decorada. La casa estaba llena de detalles personales: fotografías familiares, instrumentos musicales, y una colección de libros y discos que reflejaban la pasión de Shawn por la música.
"Tu casa es hermosa", comentó ella, mirando a su alrededor.
"Gracias. Me gusta que sea un reflejo de quién soy", dijo Shawn, llevándola hacia la cocina. "¿Te gustaría algo de beber?"
"Un vino estaría bien, gracias."
Shawn sirvió dos copas de vino tinto y le entregó una a Jenna. "Espero que tengas hambre. He preparado una cena especial."
La cena fue una deliciosa combinación de platos italianos que Shawn había cocinado él mismo. Mientras comían, la conversación fluyó naturalmente. Jenna se sorprendió de lo fácil que era hablar con él.