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Se estira por la cama, parece tan suave y huele tan bien que presiona su nariz contra la almohada.
No sabe que detergente ha puesto su madre esta vez pero le dirá que lo utilice más.

-vamos dormilón... hay que levantarse- la voz destila amor y está tan cerca de él que lo hace reír.
Esta tan embargado entre las sábanas que no le presta atención al hecho de que aquella voz es de un hombre que no conoce.

Unas manos traviesas toman su cintura y se adentran por debajo de la tela.
Las caricias lo hacen abrir los ojos.

Pega un brinco del colchón y sale de la cama con prisa.
Aquella bonita habitación pintada de azul pastel no la reconoce.

-¿Sucede algo cariño?- su cabeza gira con una rapidez que le duele el cuello.
Dos perlas azules le dirigen la mirada.
Sergio se deja caer contra la alfombra.

Max Verstappen está ahí diciéndole cariño.

-esto es un sueño- se dice una y otra vez.
Mientras cubre sus ojos con sus manos.

Definitivamente no más cervezas antes de dormir.
Se regaña.

-¿quieres que llame a un médico?- desde el otro lado debajo de la cama Max le pregunta, también está acostado y Sergio cierra los ojos con más presión.

El castaño niega, mas para si mismo que para el contrario.
Se pone de pie y busca la puerta.
Guiándose por una de las tres qué hay en la habitación sale, agradeciendo al cielo que lo lleve a un pasillo.

No sabe que más hacer, solo se pone a correr por el pasillo escaleras abajo.
¡¿Que está pasando?!

En cuanto ve otra puerta el la habré y sale por fin a la calle.
No sabe a donde va, no sabe dónde está y no sabe que es lo que está pasando.

Solo está asustado y tiene frío.
A dejado de caminar hace solo unos minutos, esta en un parque.
Lo entuye por las zonas verdes y por los múltiples juegos para niños qué hay por el lugar.

Quiere llamar a su casa, pero no lleva consigo un teléfono o dinero.
Y no sabe dónde está, pero seguro que ahí no es México.
Se está frotando los brazos cuando alguien se cerca a él con prisa.

-¡Sergio! ¿Por que has salido así de la casa?- el chico delante de él no le suena de nada.
Se pone de pie y antes de que pueda volver a correr alguien lo esta abrazando desde atras-

Aquello lo tranquiliza como si él fuera un gato arisco  y solo el toque de su amo puede tranquilizarlo.
Los mismos brazos que le han dado confort ahora lo están levantando y llevándolo a un carro aparcado cerca.

-no vuelvas hacer eso, me has asustado- dice la voz de quien lo lleva en brazos.
Max.

Sergio se desase entre su toque.

-yo...yo no se que está pasando- se atreve a decirle.
El neerlandés lo ve con preocupación y cariño.
Deja un tierno beso en su frente y lo sube al auto.
Max no se aleja de él aunque los seguros de la camioneta estén abajo y no haya forma de que pueda escapar.
Aún así Sergio lo agradece, el olor de Max lo hace sentir casi adormecido.
Tal vez ahí termine aquel sueño y pronto estará de nuevo en casa de sus padres mientras lo despiertan por lo vago que es y le remarcan lo molesto que se a vuelto.

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Holaaaa!
Tenemos la continuación quiero avanzar rápido con esta historia...

Así... que les parece?

Todo parece maravilloso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora