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-llegamos- la voz del conductor se oye y hace que Sergio abra sus ojos.
Están frente a un hospital.
Max vuelve a besar su frente.
Ahora lo está viendo a los ojos, está tan cerca que puede sentir la respiración del más alto.
De nuevo lo envuelve entre sus brazos ahora con una cobija y bajan.

Alguien ya los espera en la entrada.
Lo atienden tan rápido que Sergio ve todo a cámara rápida.

-¿que es lo último que recuerda señor Verstappen?- El castaño voltea hacia el hombre que parece estar preguntándole.
Salvo por que el no se apellida Verstappen.
Hay un silencio garrafal que lo pone tenso.

-Sergio- la voz de Max desde su lado derecho lo hace desviar su vista del hombre con bata blanca.
-¿que viene a tu mente? ¿Que recuerdas entes de esta mañana?- el tono está bañado en miedo.

-mi...mi...cum... cumpleaños- responde con un tartamudeo.
Los zafiros de Max se cierran y Sergio puede sentir como ahora está tomando distancia.
Que su mano no esté entre las suyas hacen que estas se sientan frías...
El castaño se pone a juguetear con la pulsera de ingreso.

Sus ojos cafés bajan a sus dedos al sentir dos aros fríos.
El color se va de su rostro cuando ve que son anillos y no de cualquier tipo.

¡Se trata de matrimonio!
¡Se a casado¡

-¿cuantos años cree que tiene?- pregunta de nuevo el hombre de bata blanca, hay una clara mueca de miedo y toda su atención estaba en el latino.

-¿ve...veinte?- su gesto se arruga por que ahora aquello le suena descabellado.

Escucha a Max maldecir en neerlandés.
Y Sergio no sabe como es que entiende el idioma natal del rubio.
Pero lo hace así como entiende el inglés perfectamente de todos a su alrededor.

-!me dijo que estaba bien¡- le reclama Max como si fuera un leon, el doctor luce asustado.
El castaño por fin toma su mano.

El también está asustado.

-necesito muchos más estudios para poder entender esto- suelta el doctor y sale de la habitación como si se estuviera incendiando.

-¿que... que está pasando?- le pregunta esta ves no se atreve a verlo a los ojos.

-ayer resbalaste mientras estamos en el Paddock, tu cabeza rebotó en el suelo... dijiste que no sentías nada- le explica, las manos del rubio acarician sus rostro y Sergio se deja hacer.

-¿estamos casados?- aquello hace que Max deje sus manos quietas.
El castaño llegó a aquella conclusión al ver que el más alto lleva a juego las sortijas que trae puestas.

-si- deja salir la respuesta entre un suspiro.
Max quiere decir mucho más.

-¿eso significa puedo besarte?- el rubio se atreve a soltar una risa real por aquella pregunta.

Sonríe y posa sus manos por el cuello del castaño.
-si Checo, puedo besarte- y comienza a devorar sus labios.
Aquel chico lleno de pecas es su todo.

***
Sergio no sabe cuántas horas ha estado entre aquellas paredes.
Lo an llevado en una silla de ruedas por todo el hospital.

Tomografías, radiografías, exámenes físicos y de sangre.
Se siente tan cansado, le duele la espalda y su pecho punza.

Max no lo ha dejado solo a pesar de que su celular no deja de sanar.
Sergio incluso le insistió para que saliera y contestara los mensajes, pero el toma sus manos y con la mirada más seria que tiene se enfrenta a él.

-ahora lo único importante eres tú- aquellas palabras le provocan un sonrojo.
Tener por completo la atención de aquel chico lo hace sentir tan especial.

Todo parece maravilloso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora