Au: Esclavitud

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Se despierta con los gritos de los demás esclavos, los pocos rayos del sol que rozan su piel se sienten como una nueva bendición, solo hay unos pocos momentos de paz antes de que el señor con el látigo aparezca

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Se despierta con los gritos de los demás esclavos, los pocos rayos del sol que rozan su piel se sienten como una nueva bendición, solo hay unos pocos momentos de paz antes de que el señor con el látigo aparezca.

Grita con enojo y furia, los mira con desprecio; golpea sin cesar mientras exclama que se despierten para ponerse a trabajar. Coby obedece, no puede hacer nada más que eso.

Esto no es una vida, ni siquiera sobrevivir, es simplemente lamentar su existencia sobre cada momento mientras pasan día a día. Coby agarra una cubeta llena de agua mientras ve su reflejo en el.

Su cabello está grasoso, sus mejillas están sucias y llenas de hollín. La desnutrición a la que es sometido es clara, los hacen pelear por un plato de arroz para sobrevivir, pero Coby no es tan fuerte como para enfrentarse a los demás. Toma el agua sucia como su única fuente de bebida, en la comida, a veces tiene que suplicar por unos granos de arroz.

Su vida antes de convertirse en esclavo es muy vaga ahora, más concentrado en limpiar trastes, quemar hollín, lavar ropa, servir a sus amos: recuerda un cielo azul, el calor de un hogar, la hierba debajo de sus pies. Ahora solo hay lagunas y hoyos que no tienen sentido.

Ha olvidado a su familia, lo único que recuerda son voces y sensaciones lejanas del pasado que añora en los días más difíciles.

E incluso cuando su memoria está deteriorada, incluso cuando no tiene algún motivo para recordarlo; él lo hace; recuerda una historia sobre liberaciones, la historia que su madre le contaba sobre el Dios de la Libertad, como era el salvador de mucha gente y el símbolo de vivir.

Coby amaba esa historia, su madre siempre se la contaba en las noches, o en el día, había una canción sobre ese Dios al que rezaban. Incluso cuando ya no puede recordar los ojos de su madre, recuerda cada palabra de la historia.

El Dios Sol, el Dios de la Libertad, El Dios Nika.

A veces, cuando todos los demás están dormidos, cuando hay poco rayos de la luz de la luna: se inclina y reza; reza a un Dios que lo salve, reza por su libertad, reza por vivir.

Luego se despierta. Ningún Dios vendrá a salvarlos.

 Ningún Dios vendrá a salvarlos

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From The Start | Kobylu/Cobylu BookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora