Zoro y su POV

972 72 11
                                    

Zoro lo sabe, incluso cuando Luffy no se lo haya dicho concretamente e incluso cuando nunca se lo dijieron, lo sabe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Zoro lo sabe, incluso cuando Luffy no se lo haya dicho concretamente e incluso cuando nunca se lo dijieron, lo sabe. Cree que fue un poco obvio, el anhelo, la adoración y todas esas emociones estaban escritas claramente en el rostro de Coby desde el momento en que lo conoció.

Todavía recuerda sus palabras mientras se desliza sobre la cubierta del Thousand Sunny, como había llegado con las piernas temblando cuál gelatina mientras le suplicaba que salvara a su futuro capitán.

Se veía tan asustado y temeroso, un niño llorón que rogaba por la ayuda de un criminal; “usted es el único que puede ayudar a Don Luffy, se lo suplico, salvelo”. Era un llorón, un llorón dispuesto a morir, gritando cuando sostenían una pistola sobre su cabeza con la amenaza de un disparo que le volaria los sesos.

Aún así habían triunfando, terminando su victoria con una comida. Ignoró su plática llena de suspiros mientras se concentraba en comer.

Luego se entera que ni siquiera habían pasado semanas juntos y estaban como adolescentes en plena etapa de pubertad. Coby había gritado que se convertiría en un cadete de Marina para atrapar a todos esos piratas malos.

Sonrisas gemelas mientras ambos se despedían con una promesa en el corazón, Luffy agitando su mano hasta que los cabellos de Coby se perdieron en el horizonte.

Fue testigo de un anhelo mutuo y repugnante, Luffy siempre suspiraba añorando que Coby se uniera a ellos, pero así como Zoro fuera de este barco no tiene razón para ser pirata, Coby no tiene razones para dejar la marina, para dejar su sueño.

Las aventuras siguieron, y era como si convertirse la mano derecha del capitán de los Sombrero de Paja cambiará su destino para siempre.

Sus amigos, su tripulación, su familia se han convertido en lo mejor que puede pedir; una navegante obligada a robar para sobrevivir y comprar la libertad de ella y su aldea, un mentiroso tratando de encajar y salvando a quienes ama, un cocinero tratando en encontrar una leyenda entre cocineros, un médico que quiere hacer milagros, y una arqueóloga que desea vivir.

Las cartas llegan en una ave que Luffy ya no quiere comer, porque la reconoce como el ave de Coby, es una ave blanca que siempre lleva en su pico una carta, una sola carta dirigida para Monkey D. Luffy.

Sabe que al menos ya no son dos tortolos anhelantes el uno al otro, Luffy había chillado emocionado cuando en una carta habían llegado otras aves volando junto con muchas flores (Zoro pensó que era ridículo), la carta en cuestión era la admiración, la lealtad y el amor que Coby sentía hacia su capitán.

¿Y luego? Luego llegaron a Water Seven, Luffy había besado a Coby cuando lo reconoció dejando a todos en increíble shock, porque, ¿Porque un pirata cuál cabeza valía Miles de berries estaba besando a un cadete prodigio del Vice Almirante Garp?

Habían habido más revelaciones, el padre de Luffy siendo un revolucionario siendo lo más destacado. La familia D. era bastante extraña ya de por sí.

Al final, vio con una sonrisa como Luffy agarraba de la mano a Coby para llevarlo a un lugar lejos. No pudo evitar burlarse del nerviosismo que irradiaba el marino, pero no quería ser golpeado por su capitan.

Aunque era inevitable cuando tartamudeaba cuando Luffy lo besaba una y otra vez.

Tuvieron que partir y fue una rutina: cartas, llamadas, pequeños encuentros a escondidas que ambos bandos decidían pasar de largo. Una relación que había permanecido después de todo.

Luffy lloro cuando beso a Coby después de su ausencia de dos años, y no lo soltó, porque pensó que lo había perdido.

Todos decidieron ignorar como ambos estaban unidos de la cadera por varios días, hablaban entre susurros llenos de adoración y compartían besos a cada minuto; Coby le dió una caja llena de cartas que había hecho mientras pensaba en él.

Decía que eran las más relevantes, porque al parecer su ausencia de dos años había hecho que el marino se refugiará entre el papel y la tinta, poemas absurdos y cartas llenas de anhelo que escribía en las noches dónde la soledad se apoderaba de su corazón.

Luffy pidió cada uno de ellos, quería saber todo de él, quería recuperar el tiempo perdido.

Zoro solo observa, como lo hizo en un principio, y como lo ha hecho durante todo este tiempo.

Par de tortolos.

Par de tortolos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Q viva el amof

From The Start | Kobylu/Cobylu BookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora