Era bien sabido para los residentes del cielo que los del infierno eran unos estúpidos, pero nunca creyó que lo serían hasta un nivel absurdo. Después de vagar por el círculo del orgullo con su ropa maltrecha y hambriento como pocas veces antes, Adán estaba harto de que los pecadores buscaran robarle o lastimarlo.
¿Que no veían sus alas?
¿Que no tenían aunque sea un poco de autoconservación?
Supuso que al ya estar muertos eso se perdía completamente porque sin almas angelicales ellos no podían volver a morir.
Seres repugnantes.
¿Cómo pudieron existir tales aberraciones en la creación?
Oh cierto. Todo es culpa del maldito fruto y Lucifer. Enano de mierda.
Esto es un fiasco. No tengo un lugar donde quedarme y no puedo llamar la atención por miedo de que el jodido Lucifer se entere, o su hija y su hotel de pacotilla. Ni siquiera podría enfrentarme a los Overlords hasta recuperarme completamente y controlar mis poderes— se dijo Adán mirando sus manos cubiertas de la sangre de pecadores.
Un hecho era claro, y era que JAMÁS iría al hotel de la hija de ese bastardo para buscar refugio, todo menos eso. No podía ir al mismo lugar que quería destruir en un primer momento, aun si no tenía nada más, no se rebajaría a pedir perdón.
Pensó detenidamente su siguiente curso de acción, su mente maquinando formas de resolver sus problemas uno a uno. El cuidado era esencial y no podía darse el lujo de desperdiciar más tiempo, no cuando tenía muchos asuntos que atender.
Por un momento se preguntó que estaba haciendo Lilith, esa perra traidora. Adán sacudió la cabeza para disipar ese hilo de idea, esa mujer debía volver al infierno si Lute ya le había informado sobre su supuesta muerte. Obviamente, ella no aceptaría irse tan fácilmente del lugar de paz que tanto busco, fue por eso que él tomo medidas en caso de que algo le pasara y no estuviera presente para terminar con el trato.
Por ahora, se conformaba con sentarse en un bar para intentar tranquilizarse un poco, pero la bebida aquí era horrenda. Más agria que cualquier otra que haya probado y no porque no estuviese acostumbrado. Él podía hacer mejores cervezas, lo hizo en conjunto con Michael y Uriel en el cielo después de ver como sus descendientes creaban nuevos sabores.
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Adán, el ángel caído.
FanfictionEl primer ser humano murió en la batalla contra el Hazbin Hotel. Su muerte que para sus enemigos es una victoria aplastante y una alegría sin igual, para el cielo y los a llegados del hombre es un infierno en el sentido literal de la palabra. Oh, p...