Will había dormido fatal aquella noche. Desde que se había acostado, no había hecho más que saltar de una pesadilla a otra. No estaba de muy buen humor, y tenía unas ojeras bastante grandes. Terminó de enrollar el manojo de vendas que había cogido, y las guardó en un botiquín de mano que había en la pared. Pero cuando fue a abrir la puertecita, un manojo de frascos mal guardados se cayeron al suelo, y empezaron a rodar por todas partes. Con un suspiro irritado, el chico los recogió. Y al volver a levantarse, se dio en la cabeza contra el botiquín, de manera que se le volvió a caer todo de nuevo. Por suerte, el golpe no había sido lo suficientemente fuerte como para hacerle herida.
Suspiró, intentando mantener la calma. Guardó todo en su sitio de nuevo, y se dejó caer sobre una pequeña butaca. Estaba hecho polvo, y apenas hacía un rato que se había levantado. No le apetecía nada moverse, y apenas se veía capaz de levantarse para ir a la cabaña de Hécate, donde había quedado con Lou Ellen y Cecil, para ir a ayudar con los preparativos de San Valentín. No era un día al que le diese demasiada importancia: a él le parecía que no hacía falta un día específico para demostrar amor, si eso podrías hacerlo siempre. Pero era una excusa para montar fiesta, y el ambiente en el Campamento Mestizo se disfrutaba de lo lindo.
- Tío... ¿te encuentras bien? – Preguntó una voz a su espalda.
Kayla se acercó hasta él, y se acuclilló a su lado.
- Tienes un aspecto horrible.
- Gracias Kayla, dime algo que no sepa.
- ¿Pero tienes fiebre o algo?
- Que va. Una mala noche. Eso es todo.
- Si yo fuese tú me pondría el termómetro. Solo para asegurarme. ¿Quieres que les diga a Lou y a Cecil que no vas?
- No hace falta. Iré ahora enseguida.
- ¿Seguro?
Will asintió rápidamente, mientras se frotaba los ojos. Trató de incorporarse. Las piernas le temblaban un poco, pero por lo demás no creía estar demasiado mal.
- Mira que eres testarudo, eh – Kayla soltó una risita – suerte.
Y volvió a lo suyo, para después salir con Austin hacia la cabaña de Hécate.
Will dio un par de pasos lentos, de prueba, y después avanzó con más ritmo hacia la puerta. Sí, estaba bien. Solo un poco cansado. Pero había algo fuera de lo normal. Era como si, junto a sus pesadillas, algo más se hubiese colado dentro de él. Notaba su cuerpo más pesado, como si le hubiesen puesto una inyección de fatiga... o algo por el estilo. Jamás se había sentido así, y empezaba a preocuparle. Agarró el picaporte de la puerta. Y se frenó en seco. En el reflejo de un cristal a su izquierda volvió a ver aquel par de ojos, que desaparecieron un segundo después. Y esta vez, estaba completamente seguro de que no había sido su imaginación.
Abrió la puerta. Ahora tenía una excusa mucho mayor para ir a ver a Lou Ellen, y mientras no se desmayase a medio camino, no tenía por qué ser un problema.
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San Valentín de Tragedia - Solangelo
FanfictionNico Di Angelo creía haberse olvidado de Cupido. Sin embargo, el Dios de los enamorados estaba más que dispuesto a destruir toda aquella esperanza y someter a Nico al trato más cruel y mezquino que se le había cruzado nunca. La vida de Will Solace e...