12 DE FEBRERO - Will Solace

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Aún dando tumbos, Will se las había apañado para llegar a la cabaña de Hécate sano y salvo, pero en cuanto llamó a la puerta y Lou Ellen abrió, se desplomó sobre sus brazos y tuvo que venir Cecil corriendo para ayudarla. Lo sentaron en uno de los tantísimos pufs que había en aquella cabaña, y Kayla corrió a traer un abanico.

- Dice que no ha dormido bien – Les explicó Kayla, porque Will no era siquiera capaz de abrir la boca – Aunque yo creo que está enfermo. Ni el peso del cansancio, ni un puñado de pesadillas deberían dejarlo tan débil. Si es que está hasta pálido, que ya es raro.

La chica parecía bastante preocupada, pero no era ninguna exageración. Tanto Austin como Cecil y Lou estaban más o menos igual.

- Escúchame Lou – Casi susurró Will, con la voz pesada – he estado viendo un par de ojos azules. Pensaba que era mi imaginación, pero ahora estoy seguro de que no. Me persiguen las pesadillas incluso ahora, y por algún motivo no puedo casi permanecer consciente... es como si... como si...

- ¿Inyección de fatiga? – Preguntó Austin. Se había transformado en una metáfora que todos los hijos de Apolo ya conocían.

- Peor. Pero sí – Contestó Will cerrando los ojos.

Cecil y Lou se miraron.

- ¿Un espíritu de la niebla? – Preguntó Cecil.

Lou suspiró.

- Puede ser, pero no os aseguro nada. – Se giró hacia el chico en el puf – Will, puedo hacerte un amuleto anti espíritus, y anti alucinaciones, pero no estoy segura de que eso sea lo que te haga falta. Unos ojos azules... podrían ser de cualquier cosa. Cualquier criatura, cualquier espectro, cualquier dios...

- ¿Dios? – Kayla no parecía dar crédito a lo que escuchaba.

- Podría ser. Aunque no lo veo muy probable. Ya sabes que normalmente no les importa nuestra vida. A menos que sea Apolo, por ser vuestro padre. Pero no parece su estilo.

- O Afrodita – Sugirió Austin. – Le encanta una buena historia de amor, y ya casi estamos en San Valentín.

- En caso de que así sea – Kayla se acercó hasta una mesa llena de hilos, cuentas y colgantes para hacer amuletos – entonces mi remedio podría ir bastante bien encaminado. – Y se puso manos a la obra – Aunque... ¿cuáles son tus pesadillas exactamente, Will? ¿Con que sueñas?

- En realidad... no estoy seguro. Es como si me tragase la oscuridad, como si me costase respirar y me ahogara en una especie de gas con forma. A veces aparecen unas manos enormes en la oscuridad que me arrastran hacia el vacío. Es... asfixiante.

Lou Ellen se quedó paralizada en el sitio, sin decir nada. Tal vez Kayla y Austin no se dieron cuenta. Ni Will porque tenía los ojos completamente cerrados. Pero Cecil sí se fijó, y entendió más o menos lo que aquella reacción había significado.

- ¿Hades? – Le susurró Cecil al oído, pero la chica negó con la cabeza.

- No es su estilo... creo que significa algo mucho más literal.

- La muerte – Cecil casi prefirió no haberlo dicho.

- ¿Pulsera o tobillera? – Preguntó Lou en voz alta, como si no ocurriese nada.

- Tobillera – Musitó Will. No solía cambiarse las pulseras, y añadir una de más le resultaría incluso incómodo.

Una hora después de ponérsela, Will Solace comenzó a sentirse bastante mejor.

San Valentín de Tragedia - SolangeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora