Novakie Wui'hk, una jedi promedio de 17 años de edad. Cree que lo único interesante en su vida, es el enamoramiento que tiene, con su mejor amigo, Anakin Skywalker.
Lo que no sabe, es que tiene un papel mucho más importante, en todo esto.
Es crucial...
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"La culpable"
Novakie's Pov.
Esa noche me había ido rápido a mi habitación después de la cena, sabía que Anakin hablaría con Padmé, para expresarle sus sentimientos y yo no quería estar cerca para escuchar, aunque, si Padmé aceptaba tener una relación con Anakin, el vendría a contarme enseguida.
Estaba lista para irme a dormir, después de darme un baño y peinar un poco mi cabello. Apague todas las luces de mi habitación, excepto la de mi mesa de noche y me arrope con las sábanas, cuando escuché como alguien azotaba la puerta de al lado.
Mi primer pensamiento fue que Padmé, había rechazado nuevamente a Anakin. Pero el no haría un tipo de rabieta al respecto entonces, mi suposición era errónea. Todo tipo de pensamientos vinieron a mi cabeza, hasta la posibilidad de que Anakin y Padmé estaban en la habitación de este "divirtiéndose". Un poco inapropiado de mi parte.
Pero me afectaba un poco la idea de que el estuviera, en efecto, en una tristeza terrible, a causa de el rechazo de esa persona que el amaba tanto. Y por necesidad, quise acercarme a ver qué le ocurría.
Me removí un poco de mi posición, pensado si debía o no ir a verlo. Por qué, no quería ser muy, encimosa.
Al final, decidí hacerlo, pues, si estaba triste. Quería estar ahí con el.
—¿Anakin?.— dije, después de llamar a su puerta. Pero el no contestó.— ¿Estás bien?.— Volví a llamar.
—Vete.— Escuché que dijo, cerca de la puerta.
— Está bien, necesitas estar solo.— me aleje un poco, pero el volvió a hablar.
— No, simplemente lejos de ti.— Tragué secamente.
— ¿Te he hecho algo?.— abrió la puerta, me tomo de el brazo y me introdujo en la habitación rápidamente.— ¿¡Que te ocurre!?.— Pregunté ostilmente, y el me vio con frialdad y enojo.
— Esto es tu culpa. Padmé no quiere estar conmigo, gracias a ti.— Podría apostar que mi cara era un poema.
— Yo no he hecho nada, no he hablado con ella de ti en estos días.— De hecho, si. Pero simplemente, hablando bien de el.
— Pues, ella tiene ese estúpido pensamiento, de que yo siento algo por ti. Y está totalmente equivocada.— su tono era despectivo, y yo lo miraba entre atónita y herida.— Puedo decir, que seguramente si no estuvieras aquí, ella me habría aceptado.— Escuché como soltó esas palabras con odio, y las dijo apretado los dientes mientras las decía.
