Novakie Wui'hk, una jedi promedio de 17 años de edad. Cree que lo único interesante en su vida, es el enamoramiento que tiene, con su mejor amigo, Anakin Skywalker.
Lo que no sabe, es que tiene un papel mucho más importante, en todo esto.
Es crucial...
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"Ese beso"
Novakie's Pov.
Estar en Naboo era maravilloso, no es suficiente cuántas veces lo repita.
Protegíamos a Padmé. Y Anakin pasaba mucho tiempo con ella, que en algunas ocasiones me sentía fuera de lugar. Cómo aquella vez que estábamos cenando, y Anakin corto la fruta de Padmé en un gesto gentil y conmovedor haciendo uso de la fuerza. Momentos así me hacían sentir vacía.
Me encontraba en la gran biblioteca del palacio, que Padmé con mucha amabilidad me había mostrado, siendo informada por Anakin de mi pasatiempo sobre leer.
Era un lugar pacífico, y perfecto para meditar como me fue sugerido por mi Maestra.
Me pregunté que hacía Anakin y Padmé en estos momentos, y quería informar acerca de mi deseo sobre ir a las praderas.
Pasé por el gran salón, y no se encontraban ahí. Luego por el comedor y divise dos figuras en la pequeña terraza que estaba ahí, que fue en la que me encontraba el primer día que había llegado a aquí.
Los ví por el ventanal, y me fue imposible interrumpir. Pero lo que sentí al verlos, compartiendo un beso, fue lo que me había roto.
Las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos y tuve que contenerlas, el deseo de ser esa persona a quien el ama fue inmenso. Pero debía permanecer en silencio, y tragarme mis sentimientos. Me escondí un poco para que no fuera vista por ninguno de los dos, sentí que Anakin miraba en mi dirección.
Sabía lo que debía hacer, si yo de verdad lo amaba tenía que dejarlo ser feliz, pero eso no significaba que el deseo de sacar mis sentimientos a la luz se disminuyera, de igual forma, sería egoísta de mi parte, el es feliz, y hacerle conocer mis sentimientos lo amargaría.
Me escabullí a mi habitación, pensando en si el me contaría al respecto.
Me senté en mi cama, con mi corazón palpitando cada vez más rápido, sin saber que pensar ni que hacer. Quería sentirme bien, pero no había nada que hacer. El no me quería, como yo quería que me quisiera.
Luego de un rato, alguien tocó la puerta. Estaba recostada en mi cama, viendo por la ventana, me sentía dramática y un poco patética.
— Adelante.— murmuré y pensé que probablemente no me hayan escuchado.
—¿Estas bien v?.—Mis ojos fueron hacia el en cuanto escuche su voz. Lo mire de una manera indescriptible, no lo se, tal vez, desilusionada.— Digo, solo te vimos en el desayuno. Pensé que saldrías un poco mas.
