Capítulo 3

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Chuuya entra a la Port Mafia con una emocionada Aya a su lado.

"Aya, ten cuidado, ya casi llegamos", dijo Chuuya sonriendo mientras seguía a Aya.

"Lo sé, pero ha pasado tanto tiempo desde la última vez que vi a la abuela". Dijo tan dramática como siempre antes de detenerse frente a una puerta. "¿Podemos entrar ahora?" Le preguntó a Chuuya con estrellas en sus ojos.

"Sí, sí. Estoy seguro de que tu "abuela" también te ha estado extrañando". Respondió. Pero antes de que alguno de ellos pudiera tocar la puerta, esta se abrió con un fuerte golpe que los hizo saltar.

"¡Oh, Aya, mi bebé! ¿Dónde has estado? ¿Sabes lo preocupado que estaba cuando escuché que estabas desaparecida?"

"Lo siento abuela, ¡pero algunos de los malos me llevaron! ¡Pero luego vino este hombre lindo que me salvó y luego me mantuvo a salvo hasta que mamá vino a recogerme!"

"¿Oh? Chuuya, quiero saber todo lo que pasó."

"Por supuesto, Mori-san." Dijo Chuuya y luego procedió a explicar todo lo que pasó, desde el secuestro de Aya hasta que Dazai se enteró de que él era su madre y comenzó a sospechar de su ascendencia.

"Ya veo. Entonces es solo cuestión de tiempo hasta que se entere, ¿eh?" Dijo mientras Aya jugaba con su cabello en sus brazos.

"Me temo que sí." Dijo Chuuya suspirando y luciendo casi como si estuviera derrotado.

"Bueno, no nos adelantemos y disfrutemos de esta pequeña paz que nos queda." Dijo Mori suspirando antes de mirar a Aya con una sonrisa. "Entonces, ¿qué tal si vamos a tomar un helado para olvidarnos de todas las cosas malas que sucedieron hoy?" Le pregunta a Aya, quien lo mira sonriendo antes de girarse hacia Chuuya.

"¿Podemos ir a tomar un helado, mamá?" Ella pregunta dándole sus famosos ojos de cachorro.

"Ugh, está bien. Ustedes dos pueden ir a buscar un helado, los estaré esperando en el departamento. No tarden mucho, ¿de acuerdo?", dice dándole un beso en la mejilla a Aya.

"¡Sí, mamá!", respondieron Mori y Aya con sonrisas dobles.

"¡Muy bien! ¡Vas a tener el mejor día con la abuela! ¡Vamos a buscar esos helados!", dijo Mori antes de irse con Aya que se reía tontamente.

Chuuya se quedó allí riéndose mientras los observaba a ambos mientras Mori corría con Aya sobre sus hombros. Luego sintió un par de brazos serpenteando alrededor de su cintura.

"¿No es nuestra hija la más linda, amor?"

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