Capítulo 1: la reunión, y el pecado.

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Charlie estaba nerviosa mientras observaba la embajada del Cielo. A diferencia de todo el infierno, era la única estructura que se mantenía intacta, brillante y limpia, sin importar cuántos demonios intentaron derrumbarla para robar lo que haya dentro.

¿Tal vez utilizan magia para mantenerlo así? Hmn, debería preguntar si pudieran enseñárselo.

Dando un suspiro para calmar sus nervios, empujó la puerta para adentrarse al edificio. La verdad, esperaba que su reunión con el líder de los exorcistas vaya muy bien, y que acepten su idea par redimir a los pecadores.

Lo importante es pensar positivo —se dijo para sí misma mientras los puertas eran cerradas detrás de ella.

[...]

Minutos antes.

Eva podía sentir como su cabello era acariciado por las manos de su esposo, del cual estaba acostada en su regazo. Ambos estaban sentados en un sofá de su hogar, en pacifico Cielo.

Cuando Eva supo que el primogénito de la serpiente y la primera puta iba tener una reunión con ella en la embajada, quiso bajar al infierno personalmente con Lute. Llevaría su hacha de combate para cortarle la cabeza, y tenía numerosas ideas de que hacer con su cuerpo antes de mandárselo empaquetado al Rey de las Mentiras. Sin embargo, su amado esposo, con esos ojos bondadosos y su aura cálida que ni un individuo era capaz de transmitirle, la detuvo.

Sus mágicas manos tranquilizó su ira, como siempre lo ha hecho desde el día en que se conocieron. Él no necesita ni una sola palabra para poder calmarla, con un simple abrazo, caricia, beso, o mirada, era suficiente para que se mantenga bajo control. Todo porque lo ama demasiado.

Aún no podía entender porque ramera de Lilith lo dejó por ese payaso de Lucifer, pero no le importa, gracias a esa traición, ella nació y conoció a Adán. Él es suyo, y solo suyo.

Los recuerdos de su pasado aún se mantenían en su alma, como fuego en la leña. Esos dos la engañaron para que comiera del fruto prohibido, diciéndole que Adán era demasiado para ella, que él era perfecto y ella no, que él no necesitaba a Eva, y que tarde o temprano, la apartará de su vida para ser reemplazada, tal como le 'pasó' a Lilith.

Y siguieron diciéndole esas dolorosas palabras hasta quebrar por completo su autoestima.

Se aprovecharon de su inocencia y vulnerabilidad para hacer un trío.

Quiso decirle a Adán, pero no encontró el valor suficiente para decírselo.

Sintió que falló como esposa.

Él era perfecto, ella no.

Iba a ser reemplazada.

Después le enseñaron el fruto prohibido.

Esperanza de encontrar una forma para remediar su pecado, ella tomó del fruto, y lo mordió.

En su mente llegó toda la información, el conocimiento del universo, su función, y el propósito en que fue creada.

Y el amor que siente por Adán se multiplicó, porque comprendió el buen esposo que tiene.

Pero entendió que cayo en la trampa.

Esos dos la hicieron pecar para alejarla de Adán; para lastimarlo.

La manzana fue solo una forma de sellar ese destino.

Su corazón se encogió al saber que será castigada.

De pronto, las nubes se partieron en dos, y los Serafines descendieron al presenciar que otro mal despertó en la tierra.

Adán, lo que tuvo que ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora