Capítulo 6: revelación y sueños

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Capítulo 6: Revelación y sueños.

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Charlie estaba de regreso al infierno, estaba feliz de que su proyecto era tomado en cuenta por el Cielo y apoyado de una de las figura más importante de toda la humanidad. Sin embargo, estaba molesta con las personas que ella confiaba.

Sus padres, las "figuras heroicas incomprendibles" que tenía de ellos, eran puesto en la lupa de las dudas y sospechas.

¡Hicieron una jodida rebelión contra el Cielo! ¡Le mintieron durante años sobre el Edén, y resulta que su papá tenía la lista para cumplir su sueño durante todo este tiempo!

¡Hasta el mismo Adán, que le dijo que la redención debio hacerse hace diez mil años, no era igual al que contaban en los libros de cuento que le contaban de pequeña!

Todo este tiempo ignoraba los títulos dolorosos que los pecadores le decían a espalda de sus padres.

El rey de las mentiras y la primera infiel.

El maldito orgulloso y la primera prostituta.

El maldito por Dios y la primera lujuriosa.

No paraba de escuchar esos títulos y maldiciones que le escupían a sus padres, siempre pensó que eran los soñadores incomprensible, que nadie está dispuestos a escucharlos, que su mayor error fue haber despertado, sin querer, el mal sobre toda la humanidad.

Pero en la corte, su burbuja se agito, ahora soy hay dudas sobre la verdadera cara de sus padres.

Charlie exhala mientras trataba de calmar las preguntas que venía en su mente, estaba frente a la mansión en que se crío, una mansión llenas de secretos y mentiras que no sabía que tenía. No había visitado a sus padres durante estos siete largos años, y ahora que sabe cosas que no le contaron. Tal vez para bien, tal vez para mal; la verdad, no sabe cómo sentirse al respecto.

Las estatuas de su mente que tiene sobre ellos esta envuelta en misterios.

Tomando su fuerza de voluntad, tocó la puerta con inseguridad.

Inmediatamente es abierta por su padre, quién la abrazó en una sentesima de segundos sobre ella.

¡Char Char, volviste! —saludo el hombre de baja estatura.

Charlie solo correspondió el abrazo, un poco incómoda por el pequeño tamaño de su padre

—Si, papá, ya volví —contesto la fémina con falta de ánimo.

—¡Muy bien! Pasa, pasa, hace un calor del diablo aca afuera —dijo el serafín, empujando a su hija para entrar al castillo.

La puerta se cerró con un eco, Charlie observó las paredes, donde había múltiples cuadros de sus padres antes y después de que naciera. Eran inquietantes, hasta uno juraría que sus ojos se movía, y si, se movían, por que a su vez estos cuadros actúan como cámaras de seguridad, toda por la obra de su padre.

Y cabe decir que ella lloraba cuando esos cuadros la miraban de pequeña.

Amm... ¿Papá? ¿Donde esta mamá? — preguntó con un dedo.

Oh, ella está en el círculo de la lujuria, está visitando a Asmodeus por temas políticos a causa de unas cosas que no sé —respondio el serafín con una sonrisa.

Padre e hija llegaron a la sala de estar, un lugar muy acogedor del palacio, decorado por su madre para que tuviera este ambiente a pesar de vivir en el infierno.

Adán, lo que tuvo que ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora