𝐂𝐎𝐋𝐃𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐀𝐍 𝐄𝐕𝐄𝐑 ━𝐏𝐉𝐌

06. Nerea

06. Mequetrefe

Tras largas horas en la estación, gritos desenfrenados por parte de mi hermana y la advertencia de una multa enorme a pagar junto a pasar la noche en la celda, finalmente conseguimos llegar a un acuerdo y salir.

Aunque no fue un acuerdo como tal, en realidad.

—Lo siento mucho —vuelvo a disculparme—. Prometo que no volveremos a causar ningún inconveniente.

—Claro que no...

Le doy una mirada severa a mi hermana. En situaciones como esta, los papeles suelen invertirse y yo termino tomando el papel de hermana mayor porque ella es demasiado temperamental como para hacer las cosas bien.

—Está bien, señorita. Solo queremos marcharnos a casa en paz.

—Sí, sí, entiendo —miro de reojo a Park Jimin y sus ojos afilados puestos sobre mí—. De verdad, lo siento mucho. Todo fue una confusión.

Y claro que sí. En cuanto llegamos a la estación, no tardé en explicar lo que había sucedido. Mi hermana decía a los gritos, textualmente, que Park Jimin era un pobre infeliz homofóbico que había ofendido a su hermana menor; o sea, yo. Sin embargo, el chico desmintió el hecho y para probar su inocencia, nos mostró que su cuenta había sido hackeada días antes de tal suceso. También dijo que había hecho la denuncia respectiva y que en el departamento de delitos ciberneticos ya estaba en busca del culpable.

Al final, fue él quien quiso poner una denuncia en nuestra contra pero su representante le convenció de no hacerlo; y así fue como se resolvieron las cosas.

Más o menos.

—Sí, claro. Una confusión.

Los labios se separan un poco entre sí puesto que me sorprende el tono sarcástico en su voz.

—Oye, no desquites tu ira con ella; la confusión es certera y en todo caso, yo soy la alborotadora.

Pero el otro ni siquiera le dirige la mirada.

—Espero no tener que volver a encontrarnos de nuevo —dice para subir a la camioneta.

El representante —de quien ahora mismo no puedo recordar el nombre porque estoy lo suficientemente sorprendida por las palabras antes dichas— me mira con un gesto de disculpa. Al parecer, ahora los papeles se han invertido.

—Está bien —niego antes de que mi hermana pueda explotar otra vez—. Le vuelvo a pedir disculpas por el percance y las molestias —hago una breve reverencia y tomo del brazo a Harley para marcharnos.

Lo único que necesito ahora es estar en mi cama, envuelta en las frazadas y viendo alguna serie o película que ayude a mejorar mi estado de ánimo.

Entro a mi departamento dejando la puerta abierta para mi hermana, a sabiendas de que no piensa irse porque está muy dispuesta a soltar insultos e improperios a su antojo.

—Si vas a beber, procura no dejar tu desorden habitual —no es una petición, sino una exigencia y eso lo sabe—. Me iré a dormir —aviso empezando a quitarme la ropa.

Llevamos tanto tiempo compartiendo juntas que entre nosotras ni siquiera existe el tabú sobre nuestra desnudez y todas esas cosas raras de las que hablan muchos ancianos de aquí. Camino hacia mi habitación teniendo como última imagen a mi hermana sacar un six pack de mi nevera.

Me doy una ducha en tiempo récord y me envuelvo entre los cobertores de mi cama, buscando olvidar el mal rato pasado horas atrás. La verdad, si yo fuera Park Jimin, hubiera reaccionado de la misma manera; sino peor. Aunque aún no me termina de caber en la cabeza cómo es posible que hayan personas con tanto tiempo disponible como para tomarse la molestia de indagar en las cuentas de otras personas, y sin sentir remordimiento; y como si fuera poco, desde hace un buen rato no dejan de llegarme comentarios criticando mi canal y el contenido que comparto.

Es tan estresante y agobiante que desearía tener un super poder para encontrar a ese... mequetrefe y hacerle pagar por todo; porque sí, se trata de esa misma persona que causó la controversia en la última transmisión en vivo.

Dios, qué estrés.

Me cubro mejor y decido no pensar más en nada. Ni en Park Jimin ni en sus palabras cortantes. Tampoco en la persona desconocida que intenta hacerme la vida imposible.

Solo quiero descansar. Es lo único que pido.