A4: CHECKMATE

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No debería tomarme tan a pecho esto de ser una alma caritativa. No, la verdad tendría que haber hecho de la vista gorda mientras Jimin se alejaba en dirección al condominio donde me había citado veinticuatro horas atrás.

La idea de que lucía vulnerable conseguía revolverme el estómago. Un sentimiento de culpa es más poderoso que la peor de las drogas. Alguna vez estuve así de perdido, alguna vez quise desaparecer como ese chico mimado lo había intentado en su aniversario más reciente.

Lo único que pude reprocharme después que el Uber me dejó en casa fue tomar el auto de Namjoon del estacionamiento y una campera con impermeable para volver al lugar de los hechos. Mi instinto no se había equivocado y por lo visto mi ojo para los diagnósticos tampoco.

—Salud...

Interrumpo el último estornudo de mi "obra caritativa" con los pocos pañuelos desechable que he encontrado en la guantera de Nam. Jimin intenta agradecer antes de construir otro molesto estornudo. Si es un virus me veo en las mismas pronto.

—Gracias, bro. No pongas cara de asco, es solo la lluvia, estoy sano como un caballo de carreras.

—No me digas.

Le espeto con todo el sarcasmo del que soy capaz. Lo cierto es que no he tenido que ser muy inteligente para hilvanar lo que ha hecho. Las costras de sangre seca en su muñeca y el jaleo de la policía en la demarcación del condominio traducen lo irresponsable que es.

—Te excediste con tu casa. No me extraña que ahora te busque la policía.

Jimin se suena la nariz con un sonido estridente. Sé que me está dando esquinazo y en el fondo me recrimino por sonar como su padre o su tutor legal cuando no pasamos de ser dos extraños atrapados por las circunstancias.

—Sé que no me incumbe, pero llegados a este punto no podría...

—Para el carro, señor Correcto. Hasta donde recuerdo no tienes la moral tan limpia como para husmear en mi vida. Te agradezco que me dieras una mano, pero eso no significa que puedes opinar.

—No estaba intentándolo, pero es notable que estás pasando por más de lo que puedes manejar. Deberías pedir ayuda a ese mejor amigo tuyo. Si quieres te llevo hasta su casa...

—¡Já! Buen intento, a menos que puedas interrumpir la cena de los embajadores de Corea del Sur en el consulado ruso, pues ayúdame a ver a Hoseok—Jimin me dirige su mejor expresión desdeñosa. Debo tener alguna clase de cara bobalicona al caer en la cuenta de lo pijos que son estos riquillos—Solo déjame debajo del mejor puente que encuentres, uno donde la lluvia no se interponga entre la hierba y el alcohol.

Eso último me deja en pedazos y por una dolorosa fracción de segundo mi infancia regresa. Una tarta de mandarinas abandonada sobre la mesa de la improvisada cocina. Mi madre intentando reanimar a mi padre mientras las marcas en sus brazos atestiguaban que no le interesaba lo que pudiera ocurrir. No estoy razonando cuando cambio de carril y redirijo el coche al piso que comparto con Nam.

—No hay puentes de ese lado del distrito. No tengo humor para follar, así que no me vale el secuestro.

Inhalo y exhalo. La boca sucia de Park es lo que menos me apetece. Él sigue lloriqueando como nena los próximos diez minutos hasta que la gravilla del complejo de apartamentos para universitarios, otrora almacenes manufactureros, nos da la bienvenida.

—Yoongi ya te dije que...

—Escúchame bien, niño bonito. Me importa un rábano si te quieres hacer la vida más mierda. No puedo creer que hayamos llegado hasta aquí pero no voy a permitir que alguien que aún puede intentarlo se rompa delante de mí. Mañana en la mañana decidiremos cómo te apañarás con el alquiler, pero de momento considérate mi compañero de piso. Ahora saca tu dulce culo del coche y ayúdame con tus maletas. No quiero ni pensar la cantidad de mierda pija que te trajiste de tu casa ¡Muévete!

•AFFLUENZA•(ym/jimsu)♡$Donde viven las historias. Descúbrelo ahora