Veo tus ojos falsos,
cabello decolorado.
Quieres ser mi amado
y me das un abrazo
con esos brazos.
Miradas de fuego
que me llevan al infierno;
este calor es nuevo
y lo necesito mientras lo siento.
¿Me vas a odiar otra vez?
Tus brazos en mi cuello,
no sabes lo que quiero
y eso es perfecto,
pero me da miedo que mi inestabilidad te trate feo.
¿Acaso eres real?
¿Una ilusión de un sueño que en pesadilla se convertirá?
Te tendré que soltar
porque tú eres el que en el infierno vivirá.
Y me tengo que disculpar,
por no ser la persona que en tu cama siempre estará.
Perdón por el miedo
y por la vergüenza.
Perdón por no saber lo que quiero con certeza.
Perdón por enamorarte y no darte el cielo.
Perdón por no ser tan bueno.
Perdón por no quererte mientras me abrazabas
y entiendo si ahora me quieres partir la cara.
Con esos brazos puedes ahorcarme,
pero la verdad es que en esos brazos me gustaría acostarme.
¿Me vas a odiar otra vez?
¿Me pedirás que me quede otra vez?
Porque ya me estabas soltando,
pero en el metro volviste a agarrarme
y como si fuera una película,
a tu casa me llevaste.
Me pediste que no me fuera y que lo pensara,
pero no podía mentirle a las expresiones de mi cara.
Y cuando te diste cuenta de que ya no sentía nada,
un último abrazo no me diste
y me empujaste de tu cama.
"Por favor, no te vayas".
Me regresé solo a mi casa.
Y me arrepentiré toda la vida por no tener algo lindo
y maldeciré a mi cerebro por no estar listo.
Porque fuiste el primero que me dio flores,
que me deseó un feliz cumpleaños entre tantos impostores,
fuiste el primero que amó mis dones
y que se interesó por mi corazón de roble.
¿Me vas a odiar otra vez?
