capítulo uno

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—No, hyung. No me olvidé de las cervezas. Estoy por entrar al supermercado ¿Cuántas? ¿Sólo un pack? Ok. Ok. Está bien. Te veo luego. —contestaba Jungkook a medida que cruzaba la calle para ingresar al supermercado.

Cortó la llamada con su amigo, quien también era el compañero de piso y se dirigió directo a la góndola de bebidas alcohólicas. Después de una jornada laboral intensa, beber un poco con un amigo no venía nada mal.
Buscó y buscó entre todas las marcas hasta que encontró el pack de seis cervezas de lata que tomaban usualmente, tomó uno y lo cargó debajo del brazo. Recorrió algunas góndolas más del inmenso lugar, en caso de que recordara algo que hacía falta comprar, pero al parecer nada se le venía en mente. Le mensajeó a Namjoon que ya estaba por volver a la casa y cuando levantó la vista para seguir su camino hasta la caja, se le subió un escalofrío por toda la espalda.

Si no le fallaba la vista, el rostro de la chica detrás de las góndolas de las especias era el de Eunbi, su ex novia, la mujer que le rompió el corazón. Por un momento creyó haber alucinado, porque su cara distraída era apenas visible entre tantos productos; necesitando confirmación, tomó la decisión de acercarse. Al doblar por el pasillo y pasando la heladera de los lácteos, divisó a una chica de espaldas que encajaba totalmente con el perfil de Eunbi, ella miraba el precio de las comidas en lata y agarraba una para leer los ingredientes con atención.

—¿Eunbi?

La llamada hizo que girara solo su cabeza, confirmando así las sospechas del chico. Ella, al ver que se trataba de su ex, cambió completamente su semblante tranquilo a uno de alerta. Esta vez se giró con el cuerpo completo, colocando su canasto de las compras casi lleno justo en frente de ella. Llevaba un abrigo que le quedaba enorme y el cabello más largo.

—Oh, Jungkook ¿Qué tal? —respondió con nerviosismo.

Una reacción que el chico no se esperaba para nada, conociéndola tantos años, sabía que ella solía ser una persona relajada. De todas maneras, podía entenderlo, hacía relativamente poco que habían terminado la relación y ver a alguien así de la nada daba lugar a una reacción nerviosa.

—Um, bien, bien. ¿Tú? —preguntó Jungkook, que estaba un poco pasmado de verla. Principalmente porque creyó que la vería mucho más seguido en la ciudad, pero no fue así.

—Bien —simuló una sonrisa.

—Qué bueno verte ¿Has estado aquí todo este tiempo?

—Eh, no, me fui por un tiempo. Oye, estoy apurada —mintió. —Igualmente, un gusto haberte visto. Adiós.

Y así sin más se escapó del chico. Caminó con prisa hacia la caja y vació el canasto con ligereza sobre la cinta. Miraba con inquietud a su alrededor y Jungkook no aparecía por ningún lado, lo cual la dejaba un poco más tranquila. Con toda la rapidez del mundo, pagó sus compras y se fue de ahí. Jungkook procesaba con dificultad la interacción tan extraña, porque de un segundo a otro ella ya no estaba más, al igual que cuando rompió con él. Si no pudo exigir una explicación antes, lo haría ahora, así que dejó las cervezas en la góndola más cercana que encontró y corrió en busca de la chica. Buscó por toda la tienda de comestibles, pero ella ya no estaba, salió de allí y echó un vistazo general al estacionamiento. Por allá se veía la chaqueta gigante y la falda midi caminando hacia la calle con una bolsa en cada mano. Corrió hacia ella gritando su nombre y Eunbi, reconociendo su voz por detrás, intentó caminar a paso más rápido sin voltearse. No sirvió de mucho, pues cuando Jungkook la alcanzó se puso delante de ella bloqueándole el paso.

No faltó escanearla detalladamente para ver la barriga sobresaliente de Eunbi, era lo que más resaltaba de su look cuando la mirabas de frente. Sus tops comenzaban a quedarle cortos y siempre le quedaba un poco piel a la vista. Jungkook observó su abdomen estupefacto y sin saber que decir.

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