CAPITULO 1

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—Por todos los cielos, es él —chillé emocionada. En mí se encontraban cien mil mariposas revoloteando por el hecho de estar viendo al chico más lindo que había visto en toda mi vida, mi vecino de enfrente, Draven Firestorm.

—Pero si apenas se vio un segundo por su ventana, Aeliana. Tristemente no podrás a salir a saludarlo hoy por el cambio de reinos —se burla Darcy, ya que jamás en la vida he podido saludarlo, aunque lleve casi tres años enamorada de él.

Nos han obligado a quedarnos en casa hasta que el cambio de reinos se resuelva. El rey Valerian perdió sus tierras, nuestro pueblo y todo el maldito reino por unas deudas que no pudo pagar, la llegada de un nuevo rey se aproxima, aunque no hay mucha información de él en el periódico, que es la única fuente de información que tenemos hasta que podamos salir, se dice que es un hombre arrogante y con poco amor hacia los pueblos que gobierna, pensando solo en él y en el mucho oro que tiene en sus asquerosas manos.

Darcy es mi mejor amiga, su madre no se encuentra en el pueblo, sino que tuvo que salir hace semanas, por el sorpresivo aviso que nos dieron mis padres optaron por dejar que ella se quedara en casa hasta que todo esto pasara, por su seguridad.

—¿Crees que el rey realmente sea como dicen en el periódico? —pregunto recargándome en el baúl que tenía frente a mi cama.

—No tengo idea, deseo con todas mis fuerzas que no, dicen que tal vez obligue a todos los hombres mayores de veinte años a alistarse para la guerra o ser parte de la guardia real —ella suelta un suspiro y sus ojos grandes y cafés voltean hacia la ventana. —No sabes lo mucho que extraño a Eldric, si él los obliga a hacer eso quiere decir que me tendré que alejar del amor de mi vida —se acomoda su vestido turquesa antes de recostarse en mi cama.

—Draven también está por cumplir veinte años, maldito sea el rey Valerian y su mal manejo de nuestro reino —observaba mis zapatillas blancas como la nieve, hace algunas semanas papá me las había obsequiado con todo el esfuerzo del mundo, mantener una familia debe ser complicado.

El reino de Valtoria es mi hogar y si el rey permite que caiga en manos equivocadas no merecerá mi perdón ni el de nadie.

Unos toquidos en mi puerta interrumpen nuestra charla y me decido a abrir.

—Mamá ya tiene lista la cena —comenta Lydia, mi hermana, con una sonrisa en el rostro. Sus ojos color miel resaltaban con el café de su vestido.

—Ahora bajamos —le devuelvo la sonrisa. Ella asiente y se retira en unos pasos elegantes. 

Le comento a Darcy y bajamos al comedor en donde ya se encuentra toda mi familia. Mi padre, mi madre y mis hermanos mayores, mellizos.

La mesa de madera y rectangular, bastante estrecha, pero nos era suficiente. Se encontraba papá sentado frente a la parte más corta de ella, mamá a su izquierda, Lydia a su derecha y a la derecha de ella estaba Lysander. 

A veces me sorprendía lo muy idénticos que podían ser. Con el mismo color de ojos miel y su cabello castaño, una piel uniformemente clara. 

—Hola Aeliana, hola Darcy —saluda Lysander. Últimamente ha estado encerrado en su habitación haciendo algunas investigaciones.

—Hola —contestamos al unísono y nos sentamos en nuestros asientos correspondientes. Yo al lado izquierdo de mamá y Darcy al lado derecho de Lysander. 

—Las veo agobiadas, pequeñas ¿el aburrimiento las está matando? ¿no quieren volver ya a la academia? —pregunta mi madre con un tono burlesco.

—Un descanso está bien, pero ya hemos pasado encerrados tres semanas sin ninguna noticia, señora —lloriquea Darcy para después llevarse un bocado de pure de papa a la boca.

EL CAMBIO DE REINOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora