capitulo 5

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Después de que acabará la pequeña presentación Emma empezó una campaña para que fueramos a nadar

—Ni hablar —gruñó Millard, con el botón superior de los pantalones desabrochado—. Estoy lleno como un pavo de Navidad.

—Creo que me hundiría directamente al fondo —respondió Bronwyn

Pero Emma insistió. Tras dedicar diez minutos de engatusarlos consiguió arrancar a Hugh, a Fiona y a Horace de sus siestas y desafiar a Bronwyn, quien no podía resistir ninguna competencia. Al vernos salir a todos juntos de la casa, Millard nos reprendió por intentar dejarle atrás.
El mejor lugar para nadar estaba junto al puerto, pero llegar allí significaba atravesar el pueblo

—¿Qué hay de esos borrachos locos que piensan que soy un espía alemán? —pregunto Jacob

— Eso fue ayer, no recordarán nada—

—Solo envuélvete con una toalla de modo que no vean tus, digamos, ropas del futuro —indicó Horace

Después de una conversación Jacob me tomo del brazo y me arrastro para susurrar

—¿Exactamente qué es lo que hace peculiar a Horace… aparte de su ropa, quiero decir?

—Los sueños proféticos. Tiene terribles pesadillas de vez en cuando con una inquietante tendencia a hacerse realidad.

—¿Con qué frecuencia? ¿Muy a menudo?

—Pregúntale tú mismo.

Jacob se separó de mi y Enoch tomó su lugar

—Como estas— esa mañana no habíamos tenido oportunidad de hablar mucho

—estoy bien, tener aquí a Jacob me hace recordar a cuando Abe estaba aquí — me tomo de los hombros y me dió un abrazo

—No quiero que te encariñes demasiado con el y luego te rompa el corazón—me dijo mientras apoyaba su barbilla en mi cabeza

—Esta bien Enoch, no lo ara—

Cuando terminamos de hablar Jacob tenía envuelto dos toallas una alrededor de su cinta y otra que le cubría la cabeza

—Ustedes, chicos, deben de saber todo sobre lo que sucede hoy—dijo Jacob—. Como ayer, con los aviones y la carreta.

—Es Millard quien lo sabe todo —contestó Hugh.

—Es cierto —dijo Millard—. De hecho, estoy en plena compilación del primer relato completo del mundo sobre un día en la vida de una población, tal y como lo experimenta cada una de las personas que viven allí. Cada acción, cada conversación, cada sonido efectuado por cada uno de los ciento cincuenta y nueve humanos, y trescientos treinta y dos animales residentes en Cairnholm, minuto a minuto, desde la salida del sol hasta que se esconde

—Es increíble— exclamó Jacob

—No puedo evitar darte la razón —respondió—. En tan solo veintisiete años, ya he observado a la mitad de los animales y a casi todos los humanos.

Y era cierto Millard era quien usaba mejor su peculiaridad

—¡Se pasó tres años solo con los cerdos! —intervino Hugh—. ¡Todos los días del mundo durante tres años tomando notas sobre cerdos! ¿Puedes imaginarlo? Que si este ha soltado un buen montón de cagarrutas, que si ese otro ha dicho oinc, oinc y luego se ha tumbado sobre su propia porquería…

—Las notas son absolutamente esenciales para el estudio —explicó Millard pacientemente—. Pero puedo comprender que estés celoso, Hugh. Promete ser una obra sin precedentes en la historia de la erudición académica.

—Vamos, no te pavonees tanto —intervino Emma—. También será algo sin precedentes en la historia de las cosas aburridas. ¡Será la cosa más aburrida jamás escrita!

En lugar de responder, Millard empezó a indicar cosas justo antes de que sucedieran. —Mrs. Higgins está a punto de tener un acceso de tos—, avisó, y entonces una mujer tosió hasta ponerse colorada. —En este momento, un pescador se lamentará de lo difícil que es ejercer su oficio en tiempos de guerra», continuó, y entonces un hombre recostado en una carreta llena de redes se dirigió hacia otro hombre diciendo:
—¡Hay tantos malditos submarinos alemanes en el agua que ni siquiera es seguro ir a recoger tus propios sedales!—

Todos nos quedamos sorprendidos, sin duda el conocimiento de Millard nos era muy útil, aunque pudiera escucharse aburrido era la peculiaridad más útil que teníamos

Comenzamos a andar por el muelle siguiendo la orilla, la mayormente de los niños siguieron de cerca a Jacob para poder hacer preguntas libremente sobre el futuro y el no dudo en contestarles

Enoch y yo decidimos ir un poco más atrás mientras caminábamos juntos, aunque en los últimos tres meses no me había ido a ningún luego si había estado dormida y la única persona quería había visto era Abe, quien ahora se encontraba muerto por lo que realmente no era el

Enoch tomó mi mano y volvió a hablarme sobre Jacob —estas segura que el no se va a ir como lo hizo Abe — aunque no lo pareciera Enoch y Abe eran buenos amigo, el día que se fue Emma y yo quedamos devastadas por lo que Enoch no pudo sacar completamente el dolor que sentía, cuando recordaba eso no podía evitar sentir un poco de culpa

Al fin llegamos a la playa pero en lugar de meternos al agua todos nos sentimos en un círculo mientras Jacob contaba como era la vida en el mundo actualmente

Cuando empezó a anochecer fue cuando regresamos íbamos todos en grupo Enoch y Millard se habían puesto a conversar así que busque con la mirada a Jacob, estaba un poco más atrás con Emma, ví como ella le daba una manzana después de haber depositado un beso en su mejilla

Sabía lo que significaba, pero la preocupación de Enoch sobre que Jacob podría rompernos el corazón, ahora no solo se extendía a mi

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Capitulo 5

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Ojos Color Mar / Enoch O'ConnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora