capitulo 6

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Jacob se había ido con Emma, mientras yo terminaba de ayudar a los niños a prepararse para cenar, cuando termine subí a la habitación y me coloqué un vestido amarillo suelto, cuando termine al ver que todavía era temprano me dirigí al sótano donde Enoch realizaba sus experimentos

Cuando llegue ví las repisas llenas de corazones que el coleccionaba, entonces sentí las cosquillas del muñeco de arcilla que estaba enredado en mi pelo justo debajo de mi oreja, hombrecillo que Enoch había insistido que siempre me acompañará para cuidarme, por eso le puse Billy

Cuando llegue al lado de Enoch pude ver sus nuevas creaciones —les hace falta una cara — le dije

—si no eras tú, nadie podía hacerlas — hablo pero seguía con la vista puesta en el hombrecito al que le estaba haciendo lo que parecía una cirugía

Recuerdo que cuando supe cuál era la peculiaridad de Enoch me sorprendió y hasta asusto un poco, pero ahora, era como la mamá de todos los muñequitos que hacía Enoch y sospechaba que el les decía algo así por la forma en la que me reciben y piden que los cargue

— He querido realizar un hombre más grande, pero necesito un corazón mucho más grande que el de un rato—

—por que no le pides a Miss Peregrine que te dé el corazón de un toro —

—ya se lo pedí, pero se negó — comento triste—crees que podrías controlarla para que me dé permiso— sonrió como niño pidiendo un juguete

—lo haría pero cuando terminara de controlarla nos regañaria como nunca—lo sabía porque ya había pasado

—Tenia que intentar — continuo con su cirugía







A la mañana siguiente Jacob había vuelto pero antes de poder tener una conversación con el Miss Peregrine se lo llevó a su despacho, por lo que fui a sentarme a la sala mientras usaba mi peculiaridad, cerré los ojos y trate de visualizar el despacho de Miss Peregrine, entonces pude tener una idea de la conversación, presencie una pequeña discusión, deje de intentar saber sobre la conversación cuando paso a ser un regaño a Jacob, pero Miss Peregrine tenía razón, era peligroso que los niños supieran demasiado del futuro o querrían salir del bucle.

Al pasar de unos minutos suponía que Jacob ya debía de haber salido por lo que use mi peculiaridad para encontrarlo, y me sorprendió que de hecho estaba con Enoch, desde que Jacob había entrado al bucle, no habían tenido oportunidad de hablar mucho, más que el momento incómodo cuando Olive pregunto si Enoch era abuelito de Jacob

Volví a concentrarme para presenciar la interacción

Jacob se acercaba a Enoch con un pequeño hombre de arcilla en la mano cuando estuvo lo suficientemente cerca, vio a todos los demás hombres de arcilla que caminaban como si no supieran que era lo que hacían el que tenía en las manos se puso en marcha con una sacudida, retorciéndose como si intentara escapar. Lo puso con los demás y se limpio los restos de arcilla de los pantalones.

—Soy Enoch —dijo—. Tú debes ser él.

—Supongo que sí —respondio

—Lo siento si te ha molestado —continuó, llevando al que Jacob había dejado en el suelo con los demás —Se les meten ideas en la cabeza, ya sabes. No están adiestrados adecuadamente aún. Solo los hice la semana pasada—

—Tú los hiciste? —pregunto, impresionado—. ¿Cómo?—

—Son homunculi, en latín —explicó—. En ocasiones les pongo cabezas de muñecas, pero esta vez tenía prisa y no me molesté.

—¿Qué es un homunculi?—

—Más que un solo homunculus. —Lo dijo como si fuera algo que cualquier idiota sabría—. Algunas personas piensan que el nombre en plural es homunculuses, pero creo que eso suena estúpido, ¿no lo crees tú?—

Ojos Color Mar / Enoch O'ConnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora