Escudriñé la envolvente oscuridad bajo mis pies y vi que Emma continuaba bajando por los barrotes de una escalera, mire hacia arriba y Jacob venía bajando justo encima de mi. Agarré la parte superior de la escalera descendiendo poco a poco hasta que llegamos al suelo de metal, donde Emma nos esperaba. Parecíamos estar en alguna clase de bodega de carga, aunque estaba demasiado oscuro para distinguir mucho más que eso.
Le di un golpecito en el codo y señalé mi boca. "¡Necesito respirar!". Me palmeó el brazo con gesto condescendiente y alargó la mano para coger un trozo de tubo de plástico que colgaba a poca distancia; estaba conectado a una tubería que ascendía por la escalera hasta la superficie.
Se puso el tubo en la boca y sopló, las mejillas se le inflaron por el esfuerzo, luego tomó aire y me lo pasó. Succioné y llené los pulmones, ¡bendito aire! Después le pase el tubo a Jacob quien se encontraba en una situación parecida a la mía. Estábamos seis metros bajo el agua, dentro de una vieja nave hundida, y respirábamos.
Emma señaló una entrada frente a nosotros, apenas un pequeño agujero negro. Sacudí la cabeza. "No quiero ir" Jacob imitó mi gesto. Pero ella nos tomo de la mano y nos condujo hacia él, llevando el tubo con nosotros.
Atravesamos el orificio en una oscuridad total. Durante un momento nos limitamos a permanecer allí parados, pasandonos el tubo de respiración. No había otro sonido que nuestra respiración y los confusos gemidos sordos procedentes de zonas muy profundas en el interior de la nave, pedazos de casco roto que crujían con la corriente. Si hubiera cerrado los ojos no habría estado más oscuro.
Pero entonces sucedió una cosa desconcertante y espléndida, un montón de hermosas luces comenzaron a aparecer, peces linterna, eran tan hermosos que parecían estrellas, cada vez surgían más y más destellos, hasta que toda una constelación apareció a nuestro alrededor igual que un millón de titilantes estrellitas verdes iluminando nuestros cuerpos, reflejándose en nuestras máscaras. Emma alargó una mano y movió veloz la muñeca, pero en lugar de producir una bola de fuego, su mano resplandeció con un azul centelleante. Las estrellas verdes se juntaban a su alrededor, brillando a la vez que se arremolinaban, repitiendo los movimientos de la mano.
Permanecimos allí durante lo que parecieron horas, aunque es probable que solo fueran unos pocos minutos. Entonces noté que Emma nos empujaba con suavidad y retrocedimos hacia la entrada, escaleras arriba, y cuando salimos a la superficie otra vez, lo primero que vi fue la enorme y conspicua franja de la Vía Láctea pintada en el firmamento, lo que me hizo pensar que, juntos, los peces y las estrellas formaban un sistema completo, partes integrantes de algún antiguo y misterioso todo.
Nos sentamos sobre el casco del barco y nos quitamos las máscaras. Durante un rato nos limitamos a permanecer así, medio sumergidos, rozando nuestros muslos, sin hablar.
—¿Qué eran? —pregunto Jacob
.
—Nosotros los llamamos peces linterna.——Nunca antes había visto ninguno.—
—La mayoría de la gente jamás lo hace —aclaró Emma—. Se esconden.—
—Son hermosos.—
—Sí.—
—Y peculiares.—
Emma sonrió.
—Sí, también son peculiares.—
El hen peculiar incluso llegaba a los animales, eso siempre me había parecido grandioso.
Me gire para ver a Emma y a Jacob quienes parecían estar en un momento romántico "dónde está cuando te necesito Enoch"
—Deberías quedarte.—hablo Emma
—Quedarme —
—Aquí. Con nosotros.—
—seria lindo— me uni a la conversación, no quería que se compensarán a besar o algo
—Me gustaría hacerlo, pero no creo que pueda.—
—¿Por qué no?—
—Es a él a quien quieres. No puedo ser él para ti, ni para ti— nos dió una mirada triste a ambas
Emma desvió la mirada, dolida..
—No es por eso por lo que deberías quedarte. Tu lugar está aquí, Jacob.—
—No es así. Yo no soy como vosotros.—
—Sí que lo eres —agrego Emma
—No lo soy. Soy corriente, no soy como mi abuelo, o como tú.—dijo apuntando me al terminar la oración
Emma negó con la cabeza.
—¿Es eso de verdad lo que piensas?— le habíamos ocultado la verdad demasiado tiempo
—Si pudiera hacer algo espectacular como vosotros, ¿crees que no me habría dado cuenta a estas alturas?—
—Se supone que no debería decirte esto —hablo Emma—, pero la gente corriente no puede cruzar bucles en el tiempo.—
Jacob se quedó pensando un momento
—No hay nada peculiar en mí. Soy la persona más normal que conocerán jamás.—
—Lo dudo muchísimo —respondió—. Abe poseía un talento raro y peculiar, algo que casi nadie más podía hacer igual que Abi
Y entonces miro fijamente a Jacob y dijo:
—Podía ver a los monstruos.—________________
Capitulo 8
Ya quiero acabar el fan fic y luego me acuerdo que son cinco libros
ESTÁS LEYENDO
Ojos Color Mar / Enoch O'Connor
AventuraAbe Portman no fue el único que llegó a la casa de Miss Peregrine, junto con el iba su hermana melliza Abigail Portman Jacob no solo conocerá a los antiguos amigos de su abuelo, quienes creía estaban muertos, también conocerá a la hermana melliza de...