Acaba de llegar del instituto y ya estaba en el campo cepillando a Pau. El sol daba de una forma agradable y Pau estaba feliz cuando,vi un Jeep negro entrar por la cancilla del campo.Dejé el cepillo a un lado y me aproximé a ver que sucedía.No conocía a nadie con ese coche y menos del pueblo.
Alejandro salió del asiento del conductor quejándose de los ladridos de mis perros y de la tierra del campo.
Vaya cambio ha dado este chico.
-Hola- me saludó.
-No te esperaba.
-Yo tampoco, ha sido uno de los de mi empresa de libros que me ha aconsejado hablar contigo.
-Ah, perfecto. Acompañame que por detrás hay un jardín que he estado cuidando estos años.
-¿Este campo es tuyo?- preguntó siguiéndome.
-Exactamente.
Lo guié hasta mi zona segura, el lugar donde solía hacer mis deberes o estar con mis perras tranquilamente. No tenía nada para beber o comer pero podía aprovechar la mesa blanca que tenía para poder conversar. El jardín estaba lleno de flores, frutales, árboles y sobre todo bougainvilleas.
-Cuéntame- inicié sentándome en una de las sillas.
-Verás-se acomodó-.Hoy he estado charlando con un compañero bastante importante en este mundo.
-¿Gael?
-No, de hecho estoy a punto de despedirlo.
-¿Por qué?- me sorprendió la respuesta.
-Solo es estricto conmigo, y en este caso no creo que sea así.
Lucía, mi perra labradora se sentó al lado mío y eso me tranquilizó.
-Te tengo una lista de cosas que hay que cambiar. Cosas sencillas como cambiarte la edad para no ser "ilegales", hasta cambios físicos en tí.
-Ajá.
-Vale, en primer lugar tienes que tener dieciocho años en vez de diecisiete.
-Vale.
-Por otro lado, tenemos que quedar con Gael para cuadrar las citas falsas.Más adelante tendrías que venir conmigo a algunos eventos y mudarte.
-¿Mudarme?- se me bajó la presión.
-Puedes mudarte a mi casa o a mi ciudad pero cerca.
-Alejandro, eso no entraba en el contrato que firmé.
-Lo tienes que aceptar.
Esto no me estaba gustando absolutamente nada.
-Por último, físicamente hablando tienes que cambiar, tienes que estar a mi altura.
-¿A tu altura?
-Exacto, tienes que empezar a vestirte bien, maquillarte, peinarte y a ser posible, dejar de venir a este asqueroso lugar.
-Alejandro, no pienso hacer eso.
-Tú verás, pero te he apuntado al gimnasio para que pierdas de peso y reduzcas esas piernas anchas que tienes.
-No necesito ir al gimnasio.
-No opinamos igual así que tengo un ayudante que te ayudará a tener un físico atractivo.
Me dolía, estaba simplemente asombrada. Decepcionada.
-¿Tú has aceptado todo esto?- pregunté.
Alejandro por favor no termines de decepcionarme.
-Yo las propuse-contestó con normalidad.
Sus ojos oscuros me producían asco,desilusión. Decepción.
-No quiero, Alejandro. Quiero acabar con esto.
-Mala suerte si no quieres tener grandes problemas- me tendió un papel-.Ahí te dejos los cambios y los horarios del gimnasio.
Y sin más, se fue del jardín y más tarde escuché su coche marcharse.
Me quedé mirando a la nada, pensando en todo durante varios minutos con Lucía acostada en mis pies.
No puede ser verdad.
Me puse las manos en la cabeza y lloré. Mudanza, gimnasio, maquillaje, ropa, fama, fotos, citas.
Y así, tan rápido, un contrato te arruina la vida.
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Nuestras letras
RomanceAlejandro, un escritor reconocido desde su corta edad, con el paso del tiempo fue cayendo en el olvido.Pero su manager Gael no va dejar que eso suceda.Para ello, la amiga de la infancia de Alejandro; Amira, va a hacerse pasar por la novia de Alejand...