5.AMIRA

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Me bajé del autobús con la ropa que él me dió; unos vaqueros ajustados, de tiro alto,con un poco de campana en los gemelos junto con una camisa de raso color lila. Todo eso lo había acompañado con el pelo planchado y con un “maquillaje limpio” según me había dicho la que me dió las clases de maquillaje.
Miré al lugar donde la anterior vez me había esperado Alejandro, sin embargo, allí se ubicaba un audi blanco, con Gael dentro.
-Sube- bajó la ventanilla.
Obedecí y me metí dentro.
-Hola- dije mirándolo extrañada.
-Alejandro me ha  pedido que te recoja y te deje cerca del restaurante para ver si alguno te recuerda de la otra vez.
-Entiendo…- miré a mis pies.
La radio sonaba bajo el coche cuando lo observé. Conducía relajado, confiado y extremadamente atractivo. Tenía el pelo castaño claro, los ojos claros y la mandíbula marcada. Llevaba una sudadera negra con capucha y unos…
-¿Por qué lo haces?- me sacó de mis pensamientos.
-¿El qué?
-Todo esto.
-Hasta yo me lo pregunto …- dije para mí misma-. Pero se la debo, porque fue una persona clave en mi infancia.
Asintió y paró en una calle despejada.
-El restaurante está al otro lado del parque-asentí y me bajé del coche-.Si necesitas algo, llámame.
Vi como me dedicaba una sonrisa sin dientes.
-Gracias, lo haré-cerré y bajé la calle.
El parque estaba lleno de personas pero nadie extrañó nada cuando me vieron pasar. Normal.
Entré en el restaurante intentando no resbalar con los tacones y cuando lo vi, me dirigí hasta su mesa para sentarme en la silla vacía de la mesa.Lo más delicadamente posible, dejé mi bolso de hombro a un lado de la silla y me senté tranquilamente.
-¿También te tenía que haber apuntado a una clase de educación?- dijo con una sonrisa forzada en la cara.
-¿Qué?,¿por qué?,¿qué he hecho?
-En estos restaurantes, se va a recepción y ellos te llevan a la mesa.
-Lo siento por ser independiente- me miré las piernas de los nervios.
Él carraspeó indignado por mi respuesta y volvió a sonreirme forzosamente .
-¿Te han echo alguna foto?
-Que yo haya notado, nada.
Asintió y dejó espacio a la camarera que venía a tomar nota.
-Vino blanco para los dos, ella comerá una ensalada cesar y yo tostas de salmón.
-Perfecto- se fue la camarera.
Lo miré.
-Yo no quería eso.
-Mala suerte.
Me sostenía la mirada.
-Vale, tenemos nuestro primer evento. El dentro de dos semanas, unos premios a los que estoy invitado y son bastante importantes.
-¿Y yo voy a ir ?
-Exactamente, así que estas semanas tenemos que bordarlo.Necesitamos fama para poder conseguir algún premio y fama para que las redes exploten cuando nos vean juntos en el evento.
-Entiendo.
-No me puedes fallar- cogió mis manos por encima de la mesa.
-Vale.
Comimos, salimos con las manos juntas, paseamos por toda la ciudad, pasamos por delante de mucha gente y a pesar de eso, nadie hizo ni una sola foto.
Esto iba a ser difícil.

Nuestras letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora