Las manos me temblaban sin parar, veía oscuro y si no fuese por la mano de Alejandro que sujetaba la mía, probablemente ya me hubiese caído.
-VAMOS PASANDO A LA ZONA DE PREMIOS-dijo uno de los encargados.
Alejandro se despidió de las personas con las que llevaba bastante tiempo hablando y se aproximó a la puerta. La sala era preciosa, con taburetes rojos, grandes palcos y al fondo un gran escenario.Alejandro y yo pasamos por una alfombra roja de tercio pelo que había hasta llegar a los asientos.Un hombre guió a Alejandro a la zona delantera ya que él era nominado a uno de los premios y yo, me puse unos asientos hacia atrás. Me senté, crucé las piernas y puse las manos encima de las mismas intentando controlar mi pulso descontrolado y mi respiración agitada, sin éxito. No tardó una chica en sentarse a mi lado, con la suerte de no hablarme ni criticarme, aunque sí que me observaba preocupada. Me puso una mano encima de las mías transmitiendo calor , la observé, me sonrió y me habló:
-Yo tengo que ir a la zona de nominados, pero si necesitas algo, no dudes en llamarme, de verdad-se levantó-.Cuídate.
Se marchó a la zona delantera y poco después se sentó otra chica.
-Hola tía, eres super famosa. ¿Cuándo vas a confirmar lo tuyo con Alejandro?
El mundo me daba vueltas, los fotógrafos me hacían fotos y la chica no paraba de hablar.Poco a poco, la sala se llenó y comenzaron los premios.Comenzaron haciendo la introducción en la cual me concentré en no marearme allí mismo.
-Vamos a comenzar con el primer premio…- hablaba el presentador.
El sabor a vómito subía por mi garganta, me lentanté con varios ojos pegados a mí y sin saber a donde ir, me quedé quieta como una patética viendo el primer premio.
-Y el premio es para…-abrió el sobre-.ZAYRA RAMA POR NUESTRAS LETRAS.
La chica que antes me había ayudado, se levantó y subió a por el premio. Yo aproveché el sonido de los aplausos para dirigirme a por un encargado y preguntarle por los baños.
-Por allí a la derecha- salí corriendo-.¿ESTÁS BIEN, SEÑORITA?
-SÍ- contesté corriendo.
Cuando por fin llegué al cuarto de baño, me arrodillé y vomité.No podía más. Cuando terminé de expulsar hasta mi primera papilla, me senté en la tapadera y marqué un número aún con las manos temblorosas.
-Amira- escuché su voz al otro lado de la línea.
-Gael, ayúdame.
-¿Qué te pasa?- se le escuchó preocupado.
-Los premios, no, no...- comencé a llorar.
-Tranquila, Amira. Tranquila. En cinco minutos estoy allí.
-No me cuelgues…
-Tranquila, no te colgaré pero si necesito que sigas mis instrucciones y que te vayas a la zona de atrás del teatro.
-No sé dónde es…
-Yo tampoco pero pregúntale a alguien.
Con piernas temblorosas, salí del teatro y me dirigí hacia el hombre de la última vez.
-Perdona,¿sabes dónde está la puerta trasera del teatro?
-Claro- me miró extrañado el chico-.Ve por ese pasillo todo recto hasta que veas una puerta negra grande. Mucho cuidado porque pasarás por detrás del escenario.
Asentí y seguí sus órdenes.
-¿Cómo vas?, estoy a cinco minutos- escuché decir a Gael desde el móvil.
-Ya estoy llegando, te voy a colgar.
-Vale.
Guardé el móvil en mi bolso de nuevo y cuando estuve detrás del escenario, pude escuchar:
-....el premio es para…ALEJANDRO VÁZQUEZ.
Aplausos y más aplausos que cubrieron el sonido debido a la caída que me dí por culpa de unos cables.
-Joder- susurré levantándome del suelo.
-Muchísimas gracias a todos, esto es un sueño. Daros las gracias a todos los que han votado por mí porque esto no sería posible sin vosotros y sobretodo a Amira- hubo unos segundos de silencio en los que juré que me estaba buscando.
Sin embargo, antes de que pudiese continuar, logré salir del teatro y correr hacia el coche blanco de Gael que me esperaba aún arrancado. Lo más rápido que pude me subí y el coche se puso de nuevo en marcha.
-Gael, lo siento muchísimo…
-No sientas absolutamente nada, tranquila, estás segura.
Me puse el cinturón de seguridad y me callé escuchando las canciones que tenía puestas Gael. Lo miré, despeinado, con una camiseta ancha y unos pantalones anchos, estaría dormido antes de venir a por mí. El cielo estaba oscuro y se iluminaba de las luces de las farolas mientras sonaba “Fine Line”.Algo revoloteó en mí.
Llegamos rápidamente a un aparcamiento y cuando apagó el motor, me miró.
Joder, que guapo.
-¿Estás mejor?
Asentí.
-Pues venga, te voy a llevar a mi humilde piso.
Las piernas me volvieron a temblar pero por otra cosa distinta a la de antes.
El frío de la noche me acechó cuando salimos y nos dirigimos a un portal donde subimos bastantes escaleras hasta llegar al que era su piso. Abrió la puerta y al entrar, encendió la luz. Era un piso muy pequeño, con colores grises por todos lados, decorado de forma minimalista.Él se puso a un lado observando mi reacción.
-Es tan… tú.
Él rió.
-¿Quieres algo de tomar?
-No, muchas gracias- cerró la puerta a mi paso.
-Como quieras, te voy a sacar algo de ropa y dormirás en mi cama.
Mi corazón bombeó rápido.
-¿Y tú?-pregunté.
-Yo estaré en el sofá.
-¿Qué?, no. Yo he venido después y me toca el sofá.
-Es muy cómodo- me sonrió sentándose en él.
Medité antes de pronunciar la siguiente frase.
-Puedemos dormir en la misma cama, no me importa- retrocedí-.Osea, si a tí no.. no se, quizás no…
Él rió.
-Tranquila, tú necesitas descansar.
Me senté a su lado.
-Te voy a sacar la ropa, te das una ducha tranquilamente y si quieres podemos ver una película antes de dormir.
Yo le sonreí.
-Gracias.
Se levantó, se dirigió a la habitación y al poco tiempo me dijo que estaba todo listo en el baño.Me entré en el baño, bastante sencillo como el resto de la casa y dejé que el agua caliente cayera por todo mi cuerpo relajando a su paso todos los músculos.
Cuando salí del baño con un pijama compuesto por unos calzoncillos mil tallas más que los míos(Amira, no hiperventiles), unos pantalones que se caían a cada paso y una camiseta que me quedaba de vestido, lo ví sentado en el sofá, con dos infusiones en la mesa y él eligiendo película.
-¿Tienes alguna idea?- me senté a su lado.
-Las típicas de romance cutre y previsible son las mejores.
Me miró con las cejas arcadas.
-Tengo mis dudas, pero te haré caso.
Puso una de ellas y al poco, quedé dormida apoyada en algo bastante cómodo(era su hombro) hasta que un ángel caído del cielo(Gael) me llevó a la una nube super cómoda(su cómoda) con un aroma que quisiera tener en un frasco para oler todo el tiempo ( el olor de Gael).
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Nuestras letras
RomanceAlejandro, un escritor reconocido desde su corta edad, con el paso del tiempo fue cayendo en el olvido.Pero su manager Gael no va dejar que eso suceda.Para ello, la amiga de la infancia de Alejandro; Amira, va a hacerse pasar por la novia de Alejand...