Parte I - VII

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Abril, 2013

Hace dos meses que no aparece por clase más que para hacer los exámenes. Aún no sabe cómo es que no ha recibido ninguna llamada de su director, pero se imagina que tiene que ver con el hecho de que los profesores no le echan demasiado de menos. Parece que este nuevo sistema es lo mejor para todos.

No intercambia ni una sola palabra con Juanjo y evita mirarle a la cara lo máximo posible. Normalmente escoge un pupitre por delante del suyo para no tenerle en su campo de visión en absoluto y sale corriendo del aula como si el demonio le persiguiera en cuanto termina su examen. También hace un mes desde que Juanjo desistió de seguir enviándole mensajes, los cuales Martin lee en bucle cada noche sin molestarse en responder.

En el fondo se alegra de haber descubierto que tiene un límite, que todavía le queda algo de decencia y respeto por sí mismo en lo que a Juanjo se refiere. Esto no quiere decir que le duela menos, claro, pero es su único consuelo a estas alturas.

Siendo sincero, lo del baile de fin de curso no era un problema tan grande en sí mismo. No es tan estúpido como para pensar que existe un universo en el que Juanjo se lo hubiera pedido a él, fue más bien el golpe de realidad que supuso. Martin pensó realmente que algo había cambiado después de que Juanjo le dijera que le quería, pero cuando le explicó que pensaba llevar a Almudena al baile se dio cuenta de que sus palabras de aquella noche no habían sido más que eso: Palabras. Nada había cambiado, al menos no para Juanjo.

Martin se alegra de haber estado demasiado abrumado para devolverle el te quiero. Ha sido su única victoria en todo este lío.

Ahora pasa los días evitando a su hermano y preparándose para los exámenes de selectividad, aunque es consciente de que está más que listo. No sabe si Juanjo aún planea ir a su misma facultad el año que viene, pero la posibilidad le resulta aterradora. No sabe si podrá soportar verle por los pasillos tal y como están las cosas. Se muerde el labio siempre que se ve con Nieves, que fácilmente podría proporcionarle una respuesta, porque en el fondo prefiere no contemplar la posibilidad. De esta forma al menos pasará el verano felizmente inconsciente de lo que le deparará la universidad, y ya lidiará con lo que venga una vez no le quede más remedio.

No piensa permitir que esto le desilusione, no cuando Madrid y la universidad son su oportunidad de empezar de cero, de labrarse una vida llena de personas que le aprecien y le respeten. Se aferra a esa fantasía como a un clavo ardiendo, contando los días para hacer las maletas y no volver.

Está sentado en el sofá, ojeando desinteresadamente un libro que acaba de comprar y que parece algo aburrido, cuando aparece Nieves. Ya ha terminado su trabajo y como de costumbre, Martin le ofrece algo de beber. Últimamente ha estado evitándola por culpa de lo sucedido con Juanjo, pero hoy decide sentarse con ella a tomar el café que acaba de preparar.

"¿Qué tal vas con los exámenes, cariño?", le pregunta Nieves. "Juanjo me dice que ya no vas por clase."

Martin asiente con la cabeza gacha. "No le veía el sentido, la verdad. Es más fácil así."

Nieves guarda silencio, debatiendo si continuar. "He hablado muchas veces con Juanjo sobre lo que ha pasado, pero nunca te he dicho a ti cuánto lo siento", suspira.

"No tienes por qué disculparte." Martin traga saliva. No ha hablado de esto con nadie por razones obvias, y a pesar de que resulta bastante extraño hacerlo con la madre del propio Juanjo, la conversación no es incómoda.

"La verdad es que se portó mucho mejor conmigo que la mayoría de gente", añade, y Nieves niega con la cabeza, acercándose a él y envolviéndole en un abrazo.

En este momento no es difícil para Martin reconocer de dónde viene la calidez de Juanjo, y se pregunta si él está completamente roto en ese sentido. Se cuestiona si realmente es capaz de ese nivel de cercanía y afectuosidad cuando no lo ha aprendido en ningún lado. Tal vez por eso nunca se ha adaptado. Puede que haya algo en su interior que no está bien, una especie de fallo integral, y que todos puedan verlo.

Dilo sin hablar (Martin + Juanjo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora