Capítulo 18

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Jeongin se despertó sobresaltado, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Sus manos temblaban mientras se giraba rápidamente para mirar al lado de la cama, y ahí estaba Changbin, dormido plácidamente, con su respiración suave y tranquila. La realidad lo golpeó con un alivio abrumador; todo había sido una pesadilla, una horrible pesadilla.

Se quedó un momento observando a Changbin, asegurándose de que realmente estaba ahí, a su lado, vivo y a salvo. Sin poder contenerse, Jeongin se inclinó hacia adelante y depositó un suave beso en la frente de Changbin, agradeciendo en silencio que todo lo que había vivido en ese sueño no era real.

Changbin se removió ligeramente, abriendo los ojos despacio. "¿Jeongin? ¿Estás bien?" murmuró, notando la expresión preocupada en el rostro de su esposo.

Jeongin sonrió con una mezcla de alivio y emoción. "Sí, solo tuve una pesadilla... pero ahora que estoy despierto, todo está bien."

Changbin se incorporó un poco, mirándolo con preocupación. "¿Quieres hablar sobre eso?"

Jeongin negó con la cabeza, todavía procesando la intensidad de lo que había soñado. "No, no quiero pensar en eso ahora. Solo quiero estar aquí contigo."

Changbin lo abrazó con fuerza, sintiendo el ligero temblor en el cuerpo de Jeongin. "No importa lo que hayas soñado, estoy aquí, y siempre estaré a tu lado."

Jeongin asintió, dejando que el calor y la familiaridad del abrazo de Changbin lo reconfortaran. Todo lo que importaba era que estaban juntos, y que el amor que compartían seguía siendo tan fuerte como siempre. Decidió que no dejaría que una pesadilla empañara lo que tenían, y en ese momento, se sintió más agradecido que nunca por la vida que compartían.

Después de un rato, Jeongin no pudo contener más sus emociones y decidió contarle a Changbin lo que había soñado. Con la voz quebrada y las lágrimas brotando de sus ojos, relató cómo en su pesadilla habían firmado los papeles de divorcio, y cómo, después, Changbin había desaparecido y finalmente lo habían encontrado sin vida.

Changbin lo escuchó en silencio, su corazón apretándose al escuchar el dolor en la voz de Jeongin. Cuando Jeongin terminó de hablar, Changbin lo abrazó con fuerza, rodeándolo con sus brazos y apretándolo contra su pecho.

"Shh, ya pasó, amor," susurró Changbin mientras acariciaba suavemente el cabello de Jeongin. "Fue solo un sueño, nada de eso es real. Estoy aquí contigo, y siempre estaré a tu lado."

Jeongin sollozaba contra el pecho de Changbin, dejando que el calor de su abrazo lo calmara. "Fue tan real... tuve tanto miedo de perderte."

"Lo sé, lo sé," respondió Changbin, manteniendo su voz tranquila y reconfortante. "Pero nunca te dejaré, Jeongin. Estamos juntos en esto, para siempre."

Con cada palabra de Changbin, Jeongin comenzó a calmarse, su respiración volviéndose más regular mientras las lágrimas se secaban. Se aferró a Changbin, sintiendo el latido constante de su corazón, recordándose que estaban juntos y que nada podría separarlos.

Después de un rato, Jeongin se separó un poco para mirar a Changbin, con los ojos aún un poco enrojecidos, pero con una pequeña sonrisa asomando en sus labios. "Gracias por estar aquí," dijo en un susurro.

Changbin sonrió de vuelta, inclinándose para darle un beso suave en la frente. "Siempre estaré aquí, amor. No tienes que agradecerme por eso."

Esa noche, se quedaron abrazados, dejando que la calma y el amor que compartían los reconfortara, sabiendo que su vínculo era más fuerte que cualquier pesadilla.

Al día siguiente, Jeongin no se despegó de Changbin ni un momento. El sueño había sido tan real y aterrador que ahora todo lo que deseaba era estar cerca de su esposo, sintiendo su presencia y recordándose a sí mismo que todo estaba bien. Cambiaron sus planes, y Jeongin se tomó el día para disfrutar del tiempo juntos, como si quisiera compensar el temor que había sentido la noche anterior.

Mientras tanto, Yuwon estaba en su habitación, arreglándose y también arreglando a la pequeña Danyi. Tenían planes de ir al centro comercial con Misul, y aunque la rutina diaria seguía su curso, Yuwon no pudo evitar notar el cambio en la energía de la casa. Incluso en medio de sus preparativos, percibió cómo sus padres se mantenían más unidos, más cercanos que de costumbre.

"¿Estás lista, Danyi?" preguntó Yuwon con una sonrisa mientras abrochaba el pequeño abrigo de la bebé. Danyi respondió con una sonrisa bobalicona, ajena a las preocupaciones de los adultos, pero feliz de estar con su madre.

En ese momento, Misul llegó a la casa para recogerlas. Llamó a la puerta y Yuwon, cargando a Danyi, se acercó a recibirlo. Al ver la pequeña interacción entre Jeongin y Changbin en la sala, donde Jeongin estaba recostado en el regazo de Changbin mientras este le acariciaba el cabello, Misul notó la atmósfera diferente pero decidió no comentar nada.

"Vamos," dijo Yuwon mientras acomodaba a Danyi en el cochecito. "Misul está aquí."

Jeongin se levantó para despedir a Yuwon y a Danyi con un beso en la frente a cada una. "Diviértanse y cuídense," les dijo, su voz suave pero cariñosa.

Yuwon asintió, y Misul, que ya estaba listo para salir, tomó el cochecito y sonrió. "Nos veremos al rato," añadió, antes de salir con ellas.

Mientras Yuwon y Misul se dirigían al centro comercial con Danyi, Jeongin y Changbin se quedaron en casa, disfrutando de su compañía y aprovechando el tiempo juntos, reconociendo el valor de cada momento compartido.

Mientras Jeongin estaba con Changbin, disfrutando de la tranquilidad de su hogar, su mente no podía evitar regresar a un tema que le había estado rondando desde hacía un tiempo. Recordó con tristeza el bebé que había perdido hace unos meses. Aunque Danyi llenaba la casa con su alegría y adorables sonrisas, Jeongin seguía sintiendo el vacío de aquel bebé que nunca llegó a conocer.

Jeongin quería tener otro bebé, un hijo o hija que él y Changbin pudieran criar juntos. Sabía que, técnicamente, ya eran abuelos de Danyi, pero su deseo de ser padre nuevamente era profundo y sincero. Sin embargo, también estaba consciente de que Changbin podría no compartir ese sentimiento. Después de todo, su vida ya estaba bastante ocupada, y Changbin podría sentirse como si ya hubieran pasado esa etapa.

Mientras acurrucaba más cerca a Changbin, Jeongin se debatía internamente sobre cómo plantear el tema. Sabía que sería una conversación delicada, pero también sabía que no podía seguir guardando ese deseo solo para sí mismo.

Finalmente, decidió hablar, su voz suave y llena de emoción contenida. "Changbin, hay algo que he estado pensando…", comenzó, tratando de encontrar las palabras adecuadas. "Sé que hemos pasado por mucho, y que ya tenemos a Danyi en nuestras vidas… pero, no puedo evitar pensar en el bebé que perdimos. Y… no sé cómo lo veas tú, pero… me gustaría intentar tener otro bebé."

Changbin lo miró con sorpresa, sus ojos buscando los de Jeongin, tratando de entender la profundidad de sus sentimientos. No dijo nada de inmediato, permitiendo que Jeongin continuara.

"Entiendo si no te sientes listo, o si piensas que ya es suficiente con todo lo que tenemos… pero siento que aún hay espacio en mi corazón para otro hijo, para un bebé que sea nuestro."

Changbin mantuvo el silencio por un momento, procesando lo que Jeongin había dicho. Sabía cuánto había sufrido Jeongin por la pérdida, y aunque la idea de tener otro bebé era algo que no había considerado recientemente, veía lo importante que era para su esposo.

"Jeongin…" comenzó, tomando las manos de su esposo entre las suyas. "Sé cuánto significó esa pérdida para ti… para nosotros. Y si tener otro bebé es lo que realmente deseas, entonces, hablemos de ello. No quiero que sientas que estoy cerrando la puerta a algo tan importante para ti."

Jeongin se sintió aliviado, las lágrimas llenando sus ojos, pero esta vez eran de gratitud y esperanza. "Gracias, Changbin…", susurró, inclinándose para besarlo. "Gracias por entenderme."

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