Capítulo 20

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Ese día, Jeongin y Changbin decidieron pasar la tarde en el centro comercial. Habían dejado a Ethan y Wonhu al cuidado de una niñera en casa, confiando en que estarían bien. Todo parecía ir bien hasta que, mientras caminaban por los pasillos del centro comercial, el teléfono de Changbin sonó de repente.

Era la niñera, y desde el momento en que Changbin atendió la llamada, su rostro cambió por completo. “¡Señor Changbin! ¡Ethan… lo atropellaron! ¡Lo siento mucho, está inconsciente! ¡Lo llevaron al hospital!” La voz de la niñera estaba cargada de pánico, y las palabras salieron atropelladas y desesperadas.

Changbin sintió que el mundo se detenía, su corazón latía desbocado en su pecho. “¿Cómo está? ¿Está consciente?” preguntó, intentando no perder la calma, pero la angustia era palpable en su voz.

“No… no estaba consciente cuando lo llevaron. El médico dijo que lo están estabilizando…” La voz de la niñera se quebró al final, y Changbin sintió una oleada de pánico.

Jeongin, que había estado observando, vio la expresión de Changbin y supo que algo estaba terriblemente mal. Cuando Changbin terminó la llamada, apenas pudo pronunciar las palabras. “Ethan… ha tenido un accidente. Lo atropellaron y está inconsciente… están en el hospital.”

El shock de las palabras golpeó a Jeongin como una ola. Su visión se nubló momentáneamente, y se sintió aturdido por el miedo. Pero no había tiempo para procesar. Tomando de la mano a Changbin, corrieron hacia la salida del centro comercial, y en un instante, estaban en el auto, dirigiéndose al hospital.

El trayecto fue un caos de emociones. Jeongin miraba por la ventana, sus ojos llenos de lágrimas no derramadas, mientras su mente se inundaba de preocupación. ¿Estaba Ethan bien? ¿Qué tan grave era? Cada segundo parecía una eternidad mientras el auto avanzaba, y la angustia se acumulaba en su pecho.

Finalmente, llegaron al hospital y corrieron hacia la sala de emergencias. La niñera los esperaba, con el rostro demacrado y los ojos llenos de culpa. Apenas los vio, se levantó rápidamente. “Lo siento… lo siento mucho…”

Pero antes de que pudiera terminar, Changbin la interrumpió, su voz temblorosa. “¿Dónde está? ¿Cómo está Ethan?”

“Está en la sala de emergencias… el médico dijo que están haciendo todo lo posible,” respondió la niñera, su voz apenas un susurro.

En ese momento, un médico salió de la sala de emergencias. Jeongin se adelantó, su corazón latiendo con fuerza. “¿Cómo está mi hijo?”

El médico los miró con una expresión grave. “Ethan ha sufrido un trauma significativo. Está inconsciente, pero estable. Hemos realizado las pruebas necesarias y no parece haber daños internos graves, pero lo mantendremos en observación. Todavía no podemos saber cuándo despertará.”

Jeongin sintió que sus piernas casi cedían bajo el peso de la noticia, y Changbin, con los ojos llenos de lágrimas, lo sostuvo. No podía creer que esto estuviera sucediendo. Ver a su pequeño hijo en esta situación era un dolor que nunca había imaginado.

“¿Podemos verlo?” preguntó Changbin, su voz casi inaudible.

El médico asintió. “En unos minutos podrán pasar, pero por favor, estén preparados para verlo con varios aparatos conectados. Es solo una medida de precaución.”

Cuando finalmente pudieron entrar a la habitación, el corazón de Jeongin se rompió al ver a Ethan tan pequeño y vulnerable en esa cama de hospital. Estaba rodeado de monitores, con un respirador suave y una venda en la cabeza. Jeongin se acercó lentamente, tomando su pequeña mano entre las suyas, mientras las lágrimas caían silenciosamente por sus mejillas.

¡Daddy al rescate ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora