¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐚𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬: sexo oral, sexo sin protección.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Esta noche tu padre había planeado una cena, después de que finalmente lograras que aceptara conocer a tu nuevo novio. Habías estado hablando del joven toda la semana, y Silver había escuchado suficiente. Tú y Terry estuvieron separados durante la mayor parte del día, pero siempre aparecías para la cena para hablar sobre tu día. Pero los últimos días hablaste sin parar sobre tu misterioso nuevo novio.
— Invítalo mañana por la noche, ¿no? —, sugirió. Estabas un poco escéptica con Robby, que acababa de salir del reformatorio, pero él había sido todo un caballero contigo. — Claro, papá, estoy segura de que puedo hacer que eso funcione — le sonreíste, lo que él te devolvió felizmente. Robby, por otro lado, estaba menos entusiasmado.
— ¿Qué? ¿Qué? ¿Mañana por la noche? — Robby casi gritó por tu llamada de FaceTime, lo habías puesto en tu tocador mientras hacías tu cuidado de la piel nocturno. — Robby, cálmate. Mi papá es genial y quiere conocerte, así que ¿por qué no? — Le sonreíste al ver que no había ningún problema con el asunto, mientras Robby caminaba de un lado a otro en la parte trasera del dojo en el que estaba durmiendo. — Duermo en el suelo, no tengo los fondos para... —
— Robby, te tengo. Iremos de compras —
— Ugh... Odio cuando haces eso... — susurró. Robby intentó dejar en claro que no quería tu dinero, ni siquiera en la situación por la que estaba pasando. No fue una sorpresa cuando comenzaste a regalarle artículos muy caros. Por lo general, los volvía a guardar en su bolso después de una cita.
Pero, después de darse cuenta de que básicamente no tenía nada, te dejó arrastrarlo por ahí para comprarle ropa. Se sintió un poco aliviado cuando lo dejaste elegir la tienda, solo para que compraras el traje más bonito del lugar, y cuando apareció con dicho traje, casi te caes.
— Oh, Robby, te ves muy sexy —. Cerraste la puerta principal detrás de ti mientras arreglabas el traje. Robby parecía nervioso mientras te observaba. — Mierda... ¿Qué digo? ¿Cómo lo llamo? — cuestionó. Te reíste de su divagación nerviosa antes de guiarlo al comedor. — Tranquilo, Robby, te recomiendo decirle Sr. Silver —
