Guerra entre flechas「 FreenBecky 」

1.

Flashback.

—Venga, esta vez si que lo tengo, Bec —Toma cierta distancia, su mano ajusta el agarre de la pequeña flecha.

Tenía claro su objetivo, Freen necesitaba conseguir ese peluche anhelado por su amada. Fija su puntería y consigue lanzar la flecha con una linea perfecta clavada donde había puesto su mirada.

—¡Lo conseguí! —Festeja y mira a Rebecca.

—Por fin es mío, ahora yo ganaré algo para ti —Toma su premio, luego se concentra para obtener un peluche de conejo.

Rebecca hace su estrategía, mueve su mano varias veces en el aire antes de disparar la flecha y conseguir limpiamente ese conejo para Freen.

—Gracias, Bec —Lo sujeta entre sus manos con una amplia sonrisa y, después, mira a quien fué resultado de la azaña —Acepto unirme contigo a tiro con arco —responde, observa como los ojos de Becky se iluminan.

Freen y el deporte no eran muy amigos, llevó varias semanas verse convencida por Rebecca, todo gracias a este dichoso juego de puntería, porque si consiguió obtener un premio para su novia, conseguiría una medalla de la misma manera.

—¿De verdad? Freen, esto es serio, pienso tomarme muy en serio este deporte y las oportunidades que se presenten. Por eso te vuelvo a preguntar, ¿de verdad te unirás? —Consternada, le mira.

—Estoy decidida, quiero ganar contigo todo premio posible y por haber, ve nuestros peluches como la primer victoria alcanzada, mi arquera —Se acerca con emoción hasta sus labios.

Rebecca se alza en puntitas debido a la diferencia de altura, corresponde aquel beso que es llenado con emotividad por medio de sus bocas, quienes encuentran una simultaneidad coordinada entre ellas.

—Te amo, Sarocha.

—Y yo a ti, Bec.

Fin de flashback.

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5 meses antes de las olimpiadas de París, Francia.

—Esto no esta funcionando, no puedes mezclar lo personal con la competencia preeliminar para ser seleccionadas, Rebecca —Una Freen frustrada cae sentada sobre su banco después de ver la catastrofica práctica que tuvieron el día de hoy.

Han pasado ya meses donde su relación ha venido decayendo en lo que va del año 2024, se acercan las competencias para clasificar y la cabeza de las dos arqueras no estaba en sincronía.

—Te dije que deberíamos hablar, pero te importa más una competencia que yo, esto ya no tiene solución, solo ve como hemos estado tirando estos últimos meses, que pena representar así a mi segunda nacionalidad —Escupe las palabras, ya decretándose por perdida esa clasificatoria.

El humo en Freen sube, la estaba calentando y no como se esperaba. La molestía en sus ojos se podía notar a kilometros, la actitud de Rebecca tan indiferente le estaba costando a su compromiso para representar a Tailandia en los JJ. OO. 

—¿Qué vamos a resolver? Compite por ti, por quienes nos ven, ya no pienses más en mí. En un nosotras, digamos que ahora lo estamos haciendo por obligación, ¿así lo quieres ver? —Cruza sus brazos.

—Siempre fuiste tan egocéntrica, esto se trata de hacerlo en conjunto, no individual así que si quieres hacerlo así, mejor clasifica en esa categoría. Porque yo Freen —Avanza achicando la distancia entre ambas —, estoy fuera de todo esto y de tu vida.

El peso del arco de Rebecca se estrella contra su pecho, observa como se quita la potrección del brazo y el sujetador de flechas botando todo en el piso, le da una última mirada a Freen.

—¿Es otro de tus jueguitos? 

—No, esto va en serio Freen. Hemos terminado, tantas vueltas a la relación donde nos hemos estancado y ahora por esta competencia ni siquiera sé donde tener la mente. Suerte.

—Bec, oye, Bec, espera, espera —Deja el arco tirado en el suelo y sale tras ella.

—Freen, de verdad me cansé —Continua caminando, escuchando las zancadas de la Tailandesa detrás suyo.

—¡¿Cansada?! ¿Hasta ahora me lo dices? —agitada, Freen detiene su marcha.

Rebecca se detiene, solo le permite que vea su espalda, sabe bien que cuando de media vuelta aquellos ojos de cachorro la van a convencer de volver y esta vez comienza a darle cabida a su mente en lugar del corazón.

—Sí, porque ya no voy hundirme en un ciclo donde no tengo una salida. No hemos reparado nada, Freen, un día si y al otro comienza el infierno. Darnos un tiempo no resultó, es mejor dejarlo por las buenas, cada quien por su camino.

Sarocha quería avanzar y abrazarla, pegar su cuerpo de nuevo al suyo, sin embargo, eso no sucedio porque justamente ahí se declaraba el final de un torneo de varios años. En el que la flecha ya no encajaba en el corazón de Becky, siendo el aire quien le arrebatara la última oportunidad de regresar.

La dejó ir, ambos arcos permanecían en el suelo, uno lejos del otro. Las flechas ya no verían el recorrido directo a la diana de diez puntos, jamás volvería a escuchar el nombre de Rebecca junto al suyo en cada competencia, y poner fin a una participación en conjunto a meses de sus últimos olimpicos.

Esa flecha se desvió sin destino alguno, y todos sus sueños se verían purgados por inclemencias de la vida, maneras diferentes de pensar que estancarían una relación dentro del deporte mas amado por ambas.

♡

Dos meses antes de los JJ. OO.

—Acaban de salir las clasificatorias para París —comenta su entrenadora.

Freen toma la tablet y busca su nombre siendo una de las tres primeras. Al final del día, continuó con las ganas de seguir en la competencia para llegar a los juegos de manera individual en tiro con arco.

Lo que no había notado es que en la posición diez se encontraba el nombre de Rebecca, quien decidió representar a Inglaterra. Solamente supo que regresó a su país natal, algo que le dolió porque era la respuesta a nunca más volverse a ver y mucho menos pensar en una segunda oportunidad.

—Nos debemos centrar en la gran potencia que es Corea en esta disciplina, así que desde ahora mi mente va en estudiar a mis potenciales competidoras, dandole más peso a las coreanas —responde Freen, con ese tono serio y decisivo. 

Cambió totalmente, se dedicó a derrochar en su deporte porque sería su última participación después de una trayectoría glorosia sin desechar lo obtenido con su ex-pareja.

Por otra parte, Rebecca desisitó un momento en seguir con el tiro al arco, pero al ir sanando esa herida en su corazón y de tener pocos meses para lograrse clasificar en modo individual con su país de nacimiento, consiguió estar en un buen sitio para llevarse el pase directo a sus olimpiadas.

También siendo las últimas.

—Lograste estar en el sitio de diez de los clasificados, Bec —menciona su entrenador.

—Eso es perfecto, estando allá debo centrarme en destrozar a las coreanas, incluso a las de Alemania —dijo con cierto nerviosismo.

Estar por su cuenta era como ser nuevamente esa novata que comenzó con cero conocimiento, ahora estaba a un paso de culminar su profesión en los juegos olimpicos.

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El reencuentro sucedería de una manera inesperada, dos chicas que rompieron todo contacto son nuevamente unidas por medio de un evento mundialmente reconocido, en donde atletas altamente calificados compiten entre ellos para ganar uno de las tres preceas. Siendo el oro la más aclamada y por la cual disputarían.