𝐈𝐗

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Después de su regreso del País de las Maravillas, Bridget había cambiado más de lo que Garfio y sus amigos podían imaginar. La transformación no solo era física, sino también interna. Su nueva actitud reflejaba una dureza y determinación que antes no tenía, y había decidido adoptar un enfoque más egoísta y calculador en su vida.

Bridget ya no permitía que las emociones la debilitaran. En lugar de ello, se había convertido en alguien que priorizaba sus propios intereses, y estaba dispuesta a hacer lo necesario para protegerse y obtener lo que quería. Esta nueva personalidad intimidaba a muchos en la Academia Merlín, y se había ganado una reputación de ser implacable.

Un día, Uliana se acercó a Bridget con una sonrisa maliciosa que hizo que todos en el pasillo se apartaran discretamente, observando la escena con interés. Bridget, notando la presencia de Uliana, se cruzó de brazos y levantó una ceja con desdén.

—¿Qué quieres, Uliana? —preguntó Bridget a la ofensiva, sin perder la compostura.

Uliana rió suavemente, disfrutando de la tensión en el aire.

—Tengo una propuesta para ti, Bridget. He visto que has cambiado y creo que podrías ser una gran aliada —dijo Uliana, midiendo cada palabra con cuidado.

Bridget frunció el ceño, inicialmente confundida por la oferta. Todo el mundo sabía que Uliana no hacía proposiciones sin un interés oculto.

—¿Aliada? ¿Por qué debería unirme a ti? —respondió Bridget, manteniendo su tono escéptico.

Uliana inclinó la cabeza, su sonrisa nunca desapareciendo.

—Porque juntas podríamos controlar la academia. He visto tu nueva actitud y me gusta. Creo que podrías encajar perfectamente en mi bando.

Bridget se quedó en silencio por un momento, evaluando las intenciones de Uliana. Al principio, pensó en rechazar la oferta inmediatamente. Sin embargo, una idea surgió en su mente si aceptaba, podría encontrar la manera de dar la vuelta a la situación y tomar venganza contra Uliana.

Finalmente, Bridget sonrió levemente, una expresión que reflejaba su propio juego de astucia.

—Está bien, Uliana. Me uniré a ti. Pero te advierto, no soy de las que siguen órdenes sin cuestionar —dijo Bridget, dejando clara su posición.

Uliana asintió, satisfecha con la respuesta de Bridget.

—Eso me gusta, Bridget. Estoy segura de que haremos grandes cosas juntas —concluyó Uliana, extendiendo la mano.

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Bridget estaba en el jardín de la academia, disfrutando de un momento de soledad mientras mezclaba su mazo de cartas con movimientos precisos y calculados. El jardín, normalmente un lugar de tranquilidad, ahora reflejaba la misma calma tensa que ella proyectaba en su vida.

Sumida en sus pensamientos, casi no se dio cuenta de la presencia de Garfio hasta que él habló, su voz interrumpiendo el silencio.

—Me enteré de que te uniste a Uliana —dijo Garfio, con una mezcla de sorpresa y preocupación en su tono.

Bridget levantó la vista lentamente, sus dedos aún jugando con las cartas.

—Vaya, las noticias vuelan rápido aquí —respondió Bridget con indiferencia, mirando a Garfio a los ojos sin perder la compostura.

Garfio cruzó los brazos, su ceño fruncido reflejando sus sentimientos.

—¿Por qué lo hiciste? Sabes que ella no es de fiar —insistió, su voz más baja, casi en un susurro para evitar que otros escucharan.

Bridget se encogió de hombros, un gesto que no revelaba sus verdaderas intenciones.

—No siempre todo es lo que parece, Garfio. A veces, hay que jugar el juego para ganar —respondió Bridget, volviendo su atención a las cartas.

Garfio la observó, intentando descifrar sus verdaderas intenciones. Sabía que Bridget había cambiado, pero aún esperaba encontrar algún rastro de la persona que una vez conoció.

—Solo espero que sepas lo que estás haciendo. No quiero verte salir lastimada —dijo Garfio, su voz cargada de preocupación genuina.

Bridget lo miró de nuevo, esta vez con una pequeña sonrisa que no llegaba a sus ojos.

—No te preocupes por mí, Garfio. Sé cuidarme sola —respondió, con un tono que no dejaba lugar a dudas.

Garfio asintió, reconociendo que Bridget era más fuerte de lo que él pensaba, pero no podía evitar preocuparse. Lentamente se dio la vuelta y se alejó, dejándola sola en el jardín.

Bridget observó su retirada antes de volver a centrarse en su mazo de cartas. Sabía que aceptar la oferta de Uliana era un riesgo, pero estaba decidida a mantener el control de la situación. Tenía un plan y estaba dispuesta a ejecutarlo, incluso si eso significaba mantener las apariencias y dejar que todos creyeran que había cambiado para siempre.

Mientras la pelirroja continuaba barajando su mazo de cartas, sus pensamientos eran un torbellino de estrategias y posibilidades. La propuesta de Uliana había llegado en un momento perfecto para sus propios intereses, y aunque sabía que jugar con fuego podía quemarla, estaba dispuesta a asumir el riesgo.

Garfio no podía sacar de su cabeza la conversación con Bridget. Sabía que ella había cambiado, pero no podía creer que se hubiera unido a Uliana. ¿Qué estaba pasando por su mente? ¿Por qué había tomado esa decisión?

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora