🪻Iɳʋҽɾɳαԃҽɾσ ԃҽ Lʅυʋια🪻
Rҽϝʅҽƈƚισɳʂ - The Neighbourhood♬
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Historia propia, escrita por mí.
Habrá cameos de otros grupo...
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The Dancer
Dentro del comedor, más de mil personas de distintas edades se reunían para desayunar, entre esas personas estaba Maiyoung.
Después de ya varios días ella se sienta junto al gran ventanal que dejaba la vista libre al gigantesco árbol que conoció hace casi un mes. No ha pasado tanto tiempo y aún así, le dió nostalgia.
Se volvió una nueva rutina que ahora incluye estar cerca de muchísimas más personas, algo que agradece a pesar de no tener el valor de acercarse.
Sin embargo, se dió a sí misma el valor de recorrer ella sola los pasillos llenos de vigilantes. Lo hizo teniendo en cuenta la posibilidad de que la castigaran o tal vez, algo peor que eso.
Pero no pasó, todos los guardias con los que se cruzaba solo la miraban y uno que otro, sorprendentemente, la saludaba.
Entonces empezó a suponer para darle una respuesta a las preguntas que ella sabía que nadie le respondería.
"Los habitantes no me miran mal" Debe ser porque no saben mi número.
"¿Por qué los vigilantes me saludan?" Tal vez son realmente amables y solo me cuidaron malas personas.
"¿Me atreveré a hablarle a los demás?" Podría intentarlo.
Dentro de esa rutina decidió agregar algo más:
Hacer un nuevo amigo.
Alguien que no estuviera obligado a estar cerca de ella, alguien que no la dejara sola. Alguien en quien no tendría miedo de confiar.
Su cabeza estaba revuelta, sabía poco o nada sobre cómo hacer un nuevo amigo. Así que tendría que improvisar.
La chica terminó de desayunar a la hora exacta para empezar con sus tareas. Aún había muchas personas a su alrededor, cientos de amigos y amigas que ella quería creer potenciales.
Ya llevaba demasiado tiempo sin hablar con sus verdaderas amigas, por lo que decidió realizar sus tareas primero.
Porque no es necesario que las flores hablen para que la ayuden a calmar todos sus miedos y temores.
— Hoy ví a un chico bastante lindo, escuché a otras personas decirle "Sion". Tal vez debería hablarle, se ve amigable. Si, creo que voy a hablarle.
La chica miró a sus amigas vegetales con cuidado, tratando de imaginarse una forma de expresarse y conseguir un nuevo amigo. Mientras pensaba, regó todas y cada una de las flores que crecían ahí deseando fuertemente que fueran verdaderos humanos para poder abrazarlos y llorar en sus brazos.
