Martin estaba cerrando la maleta, estaba a punto de irse. Antes de salir fue a despedirse de su compañera de piso. Ruslana estaba en la cocina haciéndose el desayuno, cuando vio a Martin entrar con la maleta fue corriendo a sus brazos. Conoció a Ruslana cuando se mudó, vivían juntos desde entonces y había sido un apoyo incondicional para él.
— Rus suéltame me tengo que ir — dijo Martin con una sonrisa — solo me voy dos semanas, podrás vivir sin mi.
— Sabes que no podré — dijo ella bromeando mientras se deshacía del abrazo — avísame cuando llegues.
— Te avisaré — respondió Martin mientras salía de la cocina.En dos horas tenía que estar subido a un avión. Regresaba a Madrid, aunque su familia es de Getxo y él nació allí, se fueron a vivir a Madrid cuando él era muy pequeño, a un pueblo a las afueras de la capital. Y ahora iba a volver allí después de un año, lo echaba muchísimo de menos pero su trabajo no le había permitido ir antes.
Desde que vivía en Los Ángeles su vida como actor era fantástica, no era una de las grandes estrellas de Hollywood pero trabajaba de lo que le gusta y vivía estupendamente. Ahora que el trabajo se había calmado un poco, había podido hacer un hueco para volver a España.
Al salir de su apartamento le golpeó en la cara el aire fresco de noviembre. Pidió un taxi para llegar al aeropuerto y, tras tener que pasar las interminables colas y los controles, se subió al avión .
Le esperaban 14 infernales horas de vuelo. Esa gran cantidad de tiempo libre solo le sirvió para ahogarse en sus pensamientos todavía más. Volver a casa siempre le generaba una sensación extraña. Por un lado no hay nada que quisiera más que ver a su familia, rodearse de su gente y disfrutar de todo lo que echaba de menos de España. Pero eso siempre estaba tintado de un sentimiento de nostalgia de su pasado, nunca volverán todas las vivencias que experimentó en ese sitio.
Ese pueblo le había visto crecer, aprender, errar, y enamorarse. Ahí estaba otra vez. Ese pensamiento. Él. Nunca puede evitar pensar en que hubiera pasado con Juanjo si él no se hubiera marchado. Cuando vuelve a su pueblo su cabeza no puede rehuir de recordar cada detalle. Sabe que volver a casa es sinónimo de sacar al descubierto cosas que nunca parecen enterrarse del todo.
Las voces de megafonía informándoles de que estaban a punto de aterrizar le sacaron de sus pensamientos. Nada más bajar del avión vio a sus padres y a sus hermanos, le esperaban en el aeropuerto con los brazos abiertos. Fue corriendo hacia ellos y se fundieron los cinco en un largo abrazo.
— Martin cariño cada día estas más guapo — le dijo su madre mientras dejaba un beso en su cabeza.
— Llevamos tanto tiempo sin verte — exclama su hermana aún sin soltarle — no te hagas demasiado famoso y te olvides de nosotros eh.
Martin se rio de su comentario y, tras intercambiar algunas palabras más, ponen todos rumbo a casa.Andaron hacia el parking hasta que llegaron al coche de su padre, se subieron en el coche y comenzaron a conducir hacia su pueblo. Sus hermanos no paraban de avasallarle a preguntas sobre su vida en Los Ángeles, y él respondía con gusto. Llevaba mucho tiempo sin verlos y se alegraba enormemente de que estuvieran tan entusiasmados de hablar con él y de saber de su vida.
Pasó un par de días en casa en los que se puso al día con su familia y en los que vinieron de visita más familiares suyos.
También estuvo pasando tiempo con sus amigos. Él les contó lo que era la vida de actor y ellos le informaron sobre los cotilleos del pueblo. Este era uno de sus momentos favoritos al volver a casa, una buena charla con sus mejores amigos.Aunque le encantaba estar rodeado de gente cuando volvía a su casa, seguía necesitando sus momentos de soledad. Era una tarde de otoño, pero aún no hacia demasiado frío, se vistió con unos pantalones anchos y una sudadera y salió de casa con el objetivo de despejarse un poco.
Fue a un parque que había en el pueblo para reconectar un poco con la naturaleza. Cuando llegó estuvo paseando un rato observando los árboles, los pájaros y a grupos de amigos tumbados en el césped echando la tarde. Después de un rato se sentó en un banco al lado del estanque. Conectó los cascos con su música y se puso a observar el paisaje y a la gente que pasaba.
Pasado un rato vio por el rabillo del ojo a una persona sentarse en el mismo banco que él. Cuando giró la cabeza para mirar quien se había sentado no se lo podía creer. Era él. Era Juanjo. Joder.
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Holaa, por aquí os dejo el primer capítulo, espero que lo hayáis disfrutado. Me ha costado un poco arrancar pero los capítulos que se vienen prometen bastante. Creo que este fic no será muy largo, aunque ya veremos como se desenvuelve la cosa.
Me encantaría que votarais y comentarais para decirme que os parece.
Graciasss!
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'tis the damn season - majos/juantin
أدب الهواةfic majos/juantin La carrera artística de Martin despegó hace cinco años tras ser dado una oportunidad laboral en Los Angeles como actor. Dejó atrás su ciudad, a su familia y amigos y, aunque nunca lo admita, al amor de su vida. Las cosas con Juanj...