Ocho.

863 70 33
                                    

— Buenos días, linda. — dijo Kylie, viendo a la media dormida Malia que se frotaba sus ojitos, la rizada sonrió al verla y se acercó a ella para dejar un suave beso de buenos días en sus labios. — Estás preciosa hoy.

— Siempre dices lo mismo, todos los días. — dijo la menor, bostezó, aún bastante dormida.

— Será porque estás preciosa todos los días.

Malia sólo podía sonreír y ruborizarse.

En las últimas dos semanas habían estado muy empalagosas, nunca había sido un secreto que a Kylie le gustaba dar amor, pero no sabía que Malia quería muchas muestras de amor y era muy necesitada.

Por más que a veces se hiciera la difícil, quería mimos y amor todos los días.

Cada oportunidad la usaba para darle un beso, o abrazarla, dormían juntas y paseaban de la mano, sonreía más que nunca.

Kylie sólo podía admirarla con ternura y amor, porque era un ser muy cariñoso, y le encantaba.

Desde que habían empezado con esa relación informal, porque no habían arreglado ser nada aún, las otras Alters aparecían mucho menos.

— Liah no quiere salir porque ella es heterosexual y que una mujer esté cerca le afecta un poco. — dijo Malia, estaban en la cafetería de la universidad, como les era recurrente.

— Hey, deja que la chica tenga sus gustos, si no le gustan los pechos está bien, los pitos no están tan mal después de todo.

— Ese fue el mejor comentario que te he escuchado decir. — dijo Liah, su voz grave anunciaba su presencia. — No te voy a insultar está vez, te felicito.

— Qué honor, y viniendo de una chica tan linda. — le guiñó un ojo, con una amplia sonrisa, Liah hizo una mueca de asco y se fue, dejando a una Malia confundida

— ¿Me perdí de algo?

— No realmente. — dijo Kylie, tomó su mano y entrelazó sus dedos. — Malia, ¿Cuándo tendrás una cita conmigo?

— Cuando me invites.

— ¿Cuándo estás libre?

— Los fines de semana.

— ¿Quieres salir conmigo este fin de semana?

— Claro que sí. — dijo, y sonrió ampliamente — ¿A dónde iremos?

— Quiero ir al centro comercial y pasar una tarde en los juegos.

— Si me llevas a los juegos Lili va a tomar el control, le encantan los juegos, las luces y los premios de peluche... Tengo que hablar con Liah y preguntarle si es debido, es una niña.

— Lo sé, Malia, siempre podemos cambiar los planes e ir al cine o algo.

— Sé que cuidarás muy bien de Lili, ella no sale mucho, estaría bien darle un gusto.

— ¿Puedo tener una cita con Lili en los juegos? Y después te llevo a comer a dónde quieras.

— A un restaurante de hamburguesas.

— Hecho.

— Será la mejor cita de mí vida. — dijo la rizada, notoriamente feliz.

Ambas estaban muy felices y muy cómodas juntas, incluso podrían definirse como unas tontas, porque sonreían todo el día y cuando estaban a solas pensaban tanto en su compañera que se distraían de sus clases o de lo que estuvieran haciendo.

— Señor Barner. — llamó Kylie, la clase había terminado y sus compañeros se retiraban del aula, quedando los dos a solas. — Quería comentarle sobre mí trabajo.

The Alters | KyliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora