Dieciséis.

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— ... Concluyendo, la razón por la que los rescatistas acuáticos tienen experiencias infantiles relacionadas con el ahogamiento, que contribuye a la conformación de un trauma, pero aún así deciden estudiar y seguir con su carrera, que juega constantemente con el límite de su propio estrés, es porque como humanos siempre buscamos superarnos a nosotros mismos, y eso... — pausa dramática... —  es la característica más humana que puede haber.

Kylie terminó de hablar, recibiendo los aplausos y la ovación de pie de sus compañeros, y también de sus profesores, incluso el señor Barner la felicitó.

Dejó una copia de su trabajo en la mesa de sus profesores.

— Para ser un trabajo que preparaste en cuatro meses está muy bien. — dijo el señor Barner.

— Gracias. — respondió simplemente, como si fuera un verdadero cumplido.

Salió de su clase y, como siempre, volvió a su cuarto, donde estaba su linda novia, que la recibió con suaves besos y cupcakes de chocolate.

— Hola, preciosa. — dijo, mientras la menor la abrazaba por el cuello, sus manos fueron a su cintura.

— ¿Cómo te fue en tu exposición final? — ladeó su cabeza, su cabello rizado estaba algo desordenado, se veía muy bien.

— Excelente, por supuesto. — dijo. — ¿Cuándo es la muestra de tus fotografías?

— Es la muestra de toda la clase, no solo mía... — corrigió. — Y empieza el lunes.

— Fabuloso, tenemos una cita el lunes. — dijo, guiñando su ojo con encanto.

No habían vuelto a tener alguna pelea, ningún incidente, simplemente funcionaban muy bien juntas, y además, Kylie solía usar tácticas psicológicas para hablar cualquier conflicto de forma tranquila, no había nada que no pudiera arreglarse sin hacer sentir mal a nadie.

A veces Malia se sentía mal consigo misma, o con la relación, a veces tenía muchísimo miedo, y cargaba con muchas inseguridades, más de las que realmente pudiera notar, pero Kylie era muy buena con ella, no dejaba que nada pasara a mayores, no dejaba que llorara demasiado, o que se estresara mucho, y le encantaba cuidarla.

Las dos estaban felices, compartiendo su vida y su cuarto, las vacaciones y el fin del año estaban cerca, aún no sabían que harían, pero no se quedarían en la universidad durante el receso, principalmente porque estaba cerrada.

Por eso, por la incertidumbre, disfrutaban de cada momento compartido.

Malia no quería pensar mucho en eso, porque no quería correr el riesgo de nuevo, de creer que Kylie la abandonaría.

Le daba muchísimo pánico, tenía ese amargo sentimiento en su estómago de que Kylie la dejaría en algún momento.

Kylie sabía que ella no lo hacía a propósito, que era algo triste, pero que el rechazo había sido gran parte de su vida, sólo estaba pensando lo que mejor conocía.

Por eso, Kylie solía decir cosas como "¿Qué tal si en verano hacemos un viaje juntas lejos de la ciudad?", "¿A dónde te gustaría festejar el primer año juntas?", "¿No quieres adoptar un perrito conmigo en el futuro?".

Todas cosas que llevaban tiempo, que no estaban cerca, para que se acostumbrara a la idea de que sea dentro de unos meses, o de unos años, ella estaría allí.

Ya verían qué harían después, de todos los planes hipotéticos que Kylie inventaba.

Por el momento lo que más inquietaba a Malia es que Kylie decidiera irse a otro lado durante las vacaciones, que no quisiera verla, o que la abandonara, que pasara sus días lejos de sus besos y de sus abrazos, y que la extrañaría más que a nada en el mundo.

The Alters | KyliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora