Desmond

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Narrador: Damian

Ahora me encontraba a solas con Becky. Nos pusimos de acuerdo para estudiar un poco más, aunque, en realidad, pasamos la mayor parte del tiempo charlando. La conversación fluía con naturalidad, alejándonos de los libros y acercándonos más el uno al otro. Becky, con su risa fácil y sus comentarios ingeniosos, lograba arrancarme sonrisas que creía haber olvidado cómo hacer.

La biblioteca, normalmente un lugar silencioso y reservado, se llenaba de una calidez inesperada. Becky me hacía olvidar, al menos por un rato, la tormenta de pensamientos negativos que había estado experimentando hace unos momentos. Me sorprendía la facilidad con la que podía hablar con ella, abrirme y dejar salir mis preocupaciones.

"¿Qué te parece este tema?" pregunta Becky, señalando un libro de historia. Pero su pregunta es solo una excusa para continuar nuestra plática, y ambos lo sabemos.

"Interesante," respondo, con una sonrisa que no logro contener. "Aunque creo que preferiría escuchar más sobre ti."

Becky se ríe, y es un sonido reconfortante, como una melodía que trae paz. "No hay mucho que contar," dice con modestia, pero sus ojos brillan con historias no contadas.

Hablamos de todo y de nada. De nuestras clases, de los profesores, incluso de sueños y esperanzas que rara vez compartimos con otros. Cada palabra me lleva más lejos de la oscuridad que me ha estado acechando. Es como si la presencia de Becky fuera una luz suave y constante, iluminando las sombras que he mantenido ocultas.

A medida que la conversación avanza, siento un cambio en el ambiente. Es sutil, pero está ahí: una conexión que se fortalece con cada palabra, cada risa compartida. Becky no solo es una compañera de estudios, se está convirtiendo en alguien que me entiende de una manera que pocos lo hacen.

El tiempo parece pasar más rápido cuando estoy con ella. No quiero que este momento termine, no quiero volver a enfrentarme a los fantasmas de mis pensamientos solo. Pero sé que eventualmente, tendremos que dejar la biblioteca y volver a la realidad.

"Gracias, Becky," digo de repente, sintiendo la necesidad de expresar lo que siento. "Por estar aquí. Realmente lo aprecio."

Ella me mira, sorprendida por mi sinceridad. "No tienes que agradecerme, Damian. Yo también disfruto estos momentos."

Y es en esa simple confesión donde encuentro una paz que creí inalcanzable. Por primera vez en mucho tiempo, no me siento solo en mi lucha interna. Con Becky a mi lado, la carga parece un poco más ligera, y el futuro, un poco más brillante.

El tiempo en la biblioteca ha pasado volando, y mientras las sombras se alargan en el atardecer, me doy cuenta de que es momento de despedirnos. Becky, a pesar de la ligera tristeza que se asoma en su voz, se prepara para irse.

"Creo que ya tengo que irme," dice Becky, su tono revelando una mezcla de pesar y resignación. Me sorprende, ya que esta pequeña despedida parece tener un peso mayor del que esperaba.

"Deja te acompaño hacia la salida," ofrezco, sin dudarlo. La verdad es que también espero a que me recojan, así que un poco de compañía adicional no me vendría mal.

"Está bien," responde ella, y aunque intenta mostrar una sonrisa, puedo notar una pequeña tristeza en sus ojos, una tristeza que refleja cómo también ha disfrutado de nuestro tiempo juntos.

Nos levantamos y comenzamos a caminar hacia la entrada del Edén. El pasillo está tranquilo, y la luz del atardecer se filtra suavemente a través de las ventanas, creando un ambiente cálido y nostálgico.

Durante el camino, aprovechamos para charlar un poco más, manteniendo la conversación ligera pero sincera. Hablamos sobre temas triviales y compartimos anécdotas pequeñas pero significativas, cosas que parecen hacer que el tiempo pase más rápido.

My Way | Spy x FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora