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Mercurio se dió cuenta de la presencia de Venus, y ambos chocaron miradas.

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—H-Hola Venus...— Mercurio intentó saludar a Venus con voz nerviosa. Pero al final solo recibió una mirada molesta por parte del planeta más grande.

El sol observó ésto, pero no dijo nada al respecto. —Hola mis hermosos planetitas. Como ya saben, ustedes dos no tienen una linda relación. Así que ya sabrán el porqué los traje aquí—

—Sol... ¿Estás seguro de que lo que tienes planeado va a ser una buena idea?— Mercurio se mostraba preocupado. No quería compartir orbita con la persona que más lo molestaba.

—¡Pues claro que sí mí pequeño amigo!— Sol acarició la cabeza de Mercurio con su dedo. —Estaré a cargo de vigilarlos a ustedes dos. Ayudandolos a llevarse bien, haciendo actividades entretenidas y más cosas. ¡YA QUE ESTOY HARTO DE QUE USTEDES DOS ESTÉN A CADA RATO PELEANDO UNA Y OTRA VEZ!—

—¡Wow! ¡Relájate Sol! Ya entendimos jeje... ¿Cierto Venus?— Mercurio forzó una sonrisa en su rostro y miró a Venus, este último rondando los ojos y asintiendo.
—¿V-Vez?—

—Jeje ¡pues muy bien! ¡Es hora de empezar! Primero, los dejaré aquí solos por un rato, para que puedan conversar un poco. Ojo piojo, estaré vigilandolos para que no terminen siendo polvo espacial, y prometo no escuchar su conversación— Dicho ésto, el Sol se alejó de los dos planetas más calientes del sistema solar, dejandolos totalmente solos.

—y... Ehm.... De que te gustaría hablar Venus....—

—pues de nada. Esto es una pésima idea. ¿Por qué quiere el sol que los dos seamos buenos amigos? Yo no podría ser amigo de un enano como tú— Venus se cruzó de brazos y se dió vuelta. Quería irse, pero no podía, el sol no lo dejaría irse, y si lo intentaba probablemente terminaría muerto.

Ambos planetas se quedaron en silencio absoluto, era obvio que ninguno se hiba a atrever a iniciar una conversación. El sol estaba observando a sus dos planetitas. Él no había escuchado la conversación, ya que mantuvo sus manos en sus "orejas" pero supo que algo no había salido bien por las expresiones de ambos planetas.

El sol suspiró, y se acercó a los dos planetas rocosos. —Bien, está claro que no piensan hablar. ¡Así que van a tener que hacer una actividad juntos! Como... Eehh...— Sol pensó un poco. —¡tal vez ustedes dos podrían hacer galletas y compartirlas con los demás planetas del sistema solar! Incluyendo lunas, planetas enanos... ermm sí.
Buena idea sol, buena idea...—

—¿Galletas? ¿Es enserio? Eso es tonto, y además es imposible, hay casi 300 lunas en el sistema solar, y tambíen algunos planetas son muy gigantes, y no creo que se vayan a llenar con pequeñas galletas. Y los planetas enanos están muy lejos....—

—Entiendo tu punto Venus... ¡en ese caso tendré que ayudarles¡ Yo haré las galletas para los planetas gaseosos— el Sol sonrió alegremente, soltando unas pequeñas risitas.

—está bien... Nosotros haremos las demás galleta para los demás— Mercurio le devolvió la sonrisa a su "mejor amigo" y observó a Venus, notando su molestia.

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Mercurio estaba tranquilo haciendo la masa de las galletas. Lo más gracioso para él fué que usaba a venus como horno para hornear las galletas. Ya que la superficie de Venus era tan caliente, que al poner una bandeja con galletas en su cabeza, estás se horneaban rápidamente. Al inicio ésto molestó mucho a Venus, pero a las horas terminó acostumbrandose, incluso se aseguró de que las galletas permanecieran calientitas, porque el frío del espacio enfriaba rápidamente las galletas, casi congelandolas.

♡Vercurio♡ [Solarballs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora