Hoy es el día

Por la isla podríamos dar una vuelta

POV Violeta

Chiara llevaba unos días muy rara, todo empezó después de volver de Bilbao, la veía un poco apagada, sin ganas de nada, venía del estudio intranquila. No quise meterle presión, incluso cuando una noche me dijo que se iba a dormir a casa de Rus. No estaba entendiendo nada de nada, seguía igual de cariñosa y amorosa conmigo pero la seguía viendo rara.

Estaba en casa ordenando la cocina y esperando a que volviese del estudio, yo ya había grabado esta mañana, hoy quería hacer algo diferente, dar una vuelta y ver el atardecer, un plan muy de nosotras. A ver si así consigo que se abra un poco y me cuente.

El sonido de sus llaves abriendo la puerta me alertaron de que ya estaba en casa, escuché como se cerraba y unos pasos que se dirigen directamente al cuarto.

- ¿Vio?- preguntó desde "nuestro" cuarto.

- Estoy en la cocina amor- la escuché suspirar por el pasillo hasta donde yo estaba.

Sin casi ni mirarme se abalanzó encima mía y me abrazó.

- Por fin en casa- susurró en mi cuello.

- Pero cariño claro que estás en casa acabas de entrar- pero ella negó con la cabeza.

- Hasta que no estoy contigo no es casa- dijo abrazándome más fuerte. Me estaba haciendo sonreír como una tonta.

- Eres una zalamera, no hace falta que me digas esas cosas para conquistarme amor, ya me tienes loquita- la aparté un poco para verle la cara y darle un besito pequeño en los labios.

- No te puedo dar nunca por conquistada, tengo que hacerlo siempre que pueda amor- volvió a abrazarme con fuerza y respirando profundamente. Eran esos gestos que me enamoraban cada día los que me hacían pensar que nada iba mal.

- ¿Qué tal en el estudio? ¿has avanzado hoy mucho?- su expresión cambió de cansancio a una alegría enorme. Hace poco que grabamos un tema para su EP juntas y lo estaba mimando mucho, ya tenía ganas de que saliese nuestra canción.

-Ya está terminado, estoy muy contenta amor, siento que ya está todo hecho en el estudio- estaba tan feliz que tenía miedo que diese una voltereta en la cocina.

- Eso es muy guay cariño, estoy muy orgullosa de ti, a las kivistas les va a encantar- le dije mientras abría la nevera y ponía lo que había preparado para cenar en una bolsa, aún no le había dicho nada quizás esa noticia se merece ir de restaurante.

- ¿Qué pasa princesa? ¿ y esa cara?- me preguntó al ver que dudaba mientras ponía las cosas.

- Es que... había pensado irnos de picnic a algún parque, pero con la noticia que me acabas de dar quizás podríamos ir a celebrarlo con sushi- me sinceré nerviosa.

- Me encanta la idea, yo te ayudo con las cosas ¿cogemos la manta larga que compramos para los picnics?- menos mal que no le ha disgustado la idea, aunque mi chica le puede padecer una mierda el plan pero si a mi me hace ilusión ahí que va conmigo.

- ¿Segura? ¿no prefieres ir a nuestro japo de confianza?- le pregunté aún no segura de que le gustase la idea.

- Amor, me da igual donde si es contigo, además tengo algo importante que contarte y qué mejor en un parque al atardecer con comida- me besó y se fue directa al cuarto, tiene que hablar conmigo... no parece malo pero ha estado muy rara.

Violeta por favor deja de darle vueltas, no te va a dejar.

De nuevo hizo acto de presencia en la cocina con una mochila.

- Mételo todo aquí y así lo puedo llevar teniendo las manos libres ¿estás bien?- me miró preocupada, seguramente mi expresión habría cambiado por lo que rondaba en mi cabeza, soy un libro abierto- amor si es porque te he dicho que quiero contarte algo importante es porque es bueno, va cámbiate que yo te espero en el salón- me volvió a dar un beso que recibí con gusto y más tranquila- y por fa, no dudes ni un segundo de que te quiero- ahora la que la besé fui yo.