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La noticia llegó una mañana nublada. Jungkook estaba desayunando con Yura y Minji cuando su teléfono sonó. Era su manager, informándole que BTS había programado una gira mundial que comenzaría en dos semanas. La gira sería extensa, cubriendo varios continentes y duraría meses. Jungkook sintió una mezcla de emoción y preocupación mientras escuchaba los detalles.

—¿Qué pasa, papá? —preguntó Minji, notando la expresión seria en el rostro de su padre.

Jungkook sonrió, tratando de no mostrar su preocupación.

—Tengo que irme de gira con los chicos. Será una gira larga —dijo con suavidad.

Minji frunció el ceño y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

—¿Te tienes que ir lejos, papá? ¿Por mucho tiempo? —preguntó, su voz temblando.

Jungkook asintió, sintiendo un nudo en la garganta.

—Sí, Minji. Pero volveré pronto. Prometo llamarte todos los días —respondió, abrazándola con fuerza.

Yura miró a Jungkook con una mezcla de tristeza y comprensión.

—Es tu trabajo, Jungkook. Lo entendemos, pero va a ser difícil sin ti aquí —dijo con un suspiro.

Las siguientes dos semanas estuvieron llenas de preparativos y despedidas. Cada día que pasaba, Minji se volvía más retraída y temerosa. No quería que su papá se fuera. La noche antes de la partida, mientras Jungkook leía un cuento a Minji, ella comenzó a llorar desconsoladamente.

—No quiero que te vayas, papá. No me gusta cuando no estás aquí —dijo entre sollozos.

El corazón de Jungkook se rompió al ver a su hija tan angustiada. La abrazó con fuerza, tratando de consolarla.

—Te prometo que volveré pronto, Minji. Te amo mucho, y siempre pensaré en ti —dijo, con la voz llena de emoción.

La mañana de la partida, los demás chicos de BTS llegaron a la casa de Jungkook para recogerlo. Al ver la tristeza en el rostro de Minji, Jimin se acercó a Jungkook y susurró:

—¿Por qué no llevas a Yura y Minji contigo? Nos encantaría tenerlas en la gira. Será más fácil para ti y para ellas.

Jungkook se quedó sorprendido por la sugerencia. Miró a Yura, quien estaba consolando a Minji, y luego de nuevo a Jimin.

—¿Estás seguro de que eso estaría bien? —preguntó, con esperanza en su voz.

—Por supuesto. Somos una familia, y queremos que estés feliz. Hablaremos con el manager y haremos que funcione —respondió Jimin con una sonrisa.

Jungkook sintió una oleada de alivio. Se acercó a Yura y Minji, sus ojos brillando con una nueva esperanza.

—¿Quieren venir conmigo de gira? Los chicos dijeron que estaría bien y me encantaría tenerlas a ambas conmigo —dijo, tomando la mano de Yura.

Yura y Minji se miraron con sorpresa. Minji, con los ojos aún llenos de lágrimas, asintió vigorosamente.

—¡Sí, papá! ¡Quiero ir contigo! —exclamó, abrazándolo con fuerza.

Yura sonrió, sus ojos llenándose de lágrimas de alegría.

—Será una aventura. Estoy de acuerdo —dijo, besando a Jungkook en la mejilla.

Con la decisión tomada, los chicos ayudaron a Jungkook, Yura y Minji a empacar rápidamente sus cosas. Antes de que se dieran cuenta, estaban en el aeropuerto, listos para embarcar en el vuelo que los llevaría al primer destino de la gira.

El primer concierto fue en Los Ángeles, y la emoción en el estadio era palpable. Yura y Minji vieron a Jungkook y a los chicos actuar desde el área VIP, sintiendo el poder y la pasión de la música y la energía de los fans. Minji estaba fascinada, sus ojos brillando de orgullo mientras veía a su papá en el escenario.

Sin embargo, a medida que avanzaba la gira, la constante mudanza de un lugar a otro comenzó a pasar factura. Minji, aunque feliz de estar con su papá, extrañaba la estabilidad de su hogar. Yura también se encontraba lidiando con la presión de mantener la normalidad para Minji en medio del caos de la gira.

Una noche, después de un agotador concierto en Nueva York, Jungkook encontró a Yura sentada en el balcón de su hotel, mirando las luces de la ciudad con una expresión cansada.

—¿Todo bien, Yura? —preguntó, sentándose a su lado.

Yura suspiró, apoyando la cabeza en el hombro de Jungkook.

—Es difícil, Jungkook. Me encanta estar contigo, pero Minji está teniendo problemas para adaptarse. Necesita estabilidad, y no sé si podemos darle eso mientras estamos de gira —dijo con tristeza.

Jungkook sintió una oleada de culpa. Sabía que Yura tenía razón. Minji necesitaba más que solo estar cerca de su papá; necesitaba una rutina y un ambiente estable.

—Tienes razón, Yura. Quizás deberíamos considerar regresar a casa y establecer una rutina más estable para Minji. No quiero que ella sufra por mi trabajo.

Al día siguiente, Jungkook habló con los chicos y con su manager. Explicó la situación y su deseo de que Yura y Minji regresaran a casa para brindarles la estabilidad que necesitaban. Los chicos y el manager fueron comprensivos y apoyaron la decisión.

Jungkook acompañó a Yura y Minji al aeropuerto, asegurándose de que estuvieran cómodas y seguras antes de despedirse. Minji, aunque triste por dejar a su papá, entendía que era lo mejor.

—Papá, prométeme que volverás pronto —dijo Minji, abrazándolo con fuerza.

—Lo prometo, Minji. Te llamaré todos los días y regresaré en cuanto pueda —respondió Jungkook, besando su frente.

Yura lo abrazó, sus ojos llenos de amor y comprensión.

—Te amamos, Jungkook. Estaremos esperándote en casa —dijo, besándolo suavemente.

Con el corazón pesado pero decidido, Jungkook vio a Yura y Minji abordar el avión. Mientras el avión despegaba, sintió una mezcla de tristeza y alivio. Sabía que había tomado la decisión correcta, pero no podía evitar extrañar a su familia.

De regreso a la gira, Jungkook se sumergió en su trabajo, pero siempre encontraba tiempo para hablar con Yura y Minji. Las llamadas diarias eran su ancla, recordándole por qué hacía todo esto. Los miembros lo apoyaron, sabiendo que la familia era lo más importante.

Finalmente, después de meses de estar de gira, el último concierto llegó. Jungkook dio todo en el escenario, sabiendo que pronto volvería a casa con su familia. Cuando las luces se apagaron y los gritos se desvanecieron, sintió una oleada de alivio y emoción.

Al llegar al aeropuerto de Incheon, Jungkook sintió su corazón latir con fuerza. Sabía que Yura y Minji estarían esperándolo. Cuando salió al área de llegadas, vio a Minji corriendo hacia él con una sonrisa radiante y los brazos abiertos.

—¡Papá! —gritó Minji, lanzándose a sus brazos.

Jungkook la levantó y la abrazó con fuerza, sintiendo lágrimas de alegría en sus ojos.

—Te extrañé tanto, Minji —dijo con emoción.

Yura se acercó, sus ojos brillando con amor y felicidad.

—Bienvenido a casa, Jungkook —dijo, abrazándolo.

Jungkook se sintió completo de nuevo, rodeado por su familia. Sabía que había tomado la decisión correcta y que, sin importar la manera que enfrentaran las cosas, siempre encontrarían la manera de estar juntos.

Our Eyes | JJK ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora